El protocolo de absentismo por los gemelos fisterráns ya llegó a la Xunta

El protocolo de absentismo por el caso de los gemelos fisterráns ya llegó a Inspección. Así lo confirmaron ayer desde la Consellería de Educación, desde la que manifestaron también que el centro escolar tendrá que hacérselo llegar asimismo al Concello, tal y como recoge dicho protocolo: «De non producirse o arquivo do expediente nalgunha das actuacións anteriores, a dirección do centro educativo notificarao ao Servizo Territorial de Inspección Educativa correspondente e ao Concello de residencia da alumna ou do alumno, xunto coa listaxe de faltas de asistencia a clase non xustificadas e o rexistro de cumprimento das actuacións e dos prazos nas que se desenvolveron», recoge el documento.

Ese segundo trámite por parte del centro escolar, el de trasladárselo al Concello, ya ha sido efectuado por parte del colegio Nuestra Señora del Carmen, al que los pequeños, de seis años, no están acudiendo como el resto de sus compañeros, que empezaron en las aulas el 12 de septiembre. Servizos Sociais ya está analizando el documento, según como confirmó ayer el regidor, José Marcote. El lunes, Educación aún no tenía constancia de que este expediente de absentismo estuviese abierto, por lo que, informó, había enviado un nuevo requerimiento al centro para ello. Ayer, no obstante, el protocolo llegó a la Xunta de Galicia.

Se considera absentismo la ausencia al centro escolar sin causada debidamente justificada del alumnado en edad de escolarización, aunque para ser considerado absentismo dicha ausencia debe suponer un mínimo del 10 % del horario lectivo mensual, cosa que se ha cumplido en el caso de los dos hijos pequeños de Lina Díaz. El protocolo, por tanto, serviría a modo de instrumento para especificar las actuaciones coordinadas dirigidas a un fin último: el retorno a las aulas.

Pese a que Inspección todavía no había recibido el lunes el expediente, ya ese mismo día el alcalde fisterrán se mostró convencido de que estaba en marcha. Ayer, de hecho, y tras confirmarse la llegada del protocolo a Educación, señaló que también el asunto ya estaba en manos de servicios sociales, siendo analizado por la educadora y la trabajadora social para ver cuál es el camino que hay que seguir. Explica que, obviamente, no es algo que dependa del regidor, sino que es «unha cousa técnica», de ahí que lo que estén abordando los profesionales correspondientes. En función de lo que estos definan, se actuará. Confiesa Marcote que en estas cuestiones no tiene experiencia ya que, afortunadamente, no es algo que se dé con frecuencia, ni mucho menos: «É unha situación totalmente nova». Incluso desde la óptica de profesor, profesión que ejerció, tampoco se topó nunca con un caso de este tipo, en tanto que sus alumnos eran mayores de edad y, por tanto, tenían capacidad para decidir si iban o no a clase.

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