«Cuando se acerca el 24 de julio, en Angrois nos ponemos en alerta»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

á. ballesteros

Anxo Noya es el presidente de la asociación de vecinos de Angrois

13 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En Angrois, sus vecinos siguen diciendo que aquel fatídico 24 de julio de hace tres años hicieron exactamente «lo mismo que habría hecho cualquier persona». Y también confiesan que siguen intentando «olvidar» los detalles más horribles del suceso que «alteró para siempre» la apacible vida de la pequeña aldea compostelana. «Seguimos pensando en que 20 días antes del accidente, a la misma hora, estábamos todos juntos en el campo de la fiesta. Antes pensábamos que era seguro», relata Anxo Noya Puga. El presidente de la Asociación de Veciños de Angrois comenta que ahora nadie pasa por la explanada sin recordar lo sucedido. «En su día, el alcalde Ángel Currás [por entonces, regidor de Santiago] nos dijo que aquel lugar no era para fiestas, porque se trataba de una carretera. Sin embargo, era nuestro campo de la fiesta, y lo único que queremos es saber que tenemos un sitio seguro», demanda.

Los vecinos de Angrois siguen esperando a que Fomento entregue definitivamente el recinto prometido y el parque infantil, que «está vallado con unas cintas que se quitan, porque no puedes darle un caramelo a un niño y pretender que no le quite el envoltorio». El presidente de la asociación vecinal reconoce que «lo peor no fue el día del accidente, y ni siquiera el siguiente; lo peor vino después. La presión del primer año fue tremenda, y a muchos nos marcó física y psicológicamente». Anxo Noya está convencido de que, aunque entre los vecinos procuran evitar hablar del accidente, «en las jornadas previas al 24 de julio nos ponemos en alerta para superar lo mejor posible el aniversario. Estos días no son buenos para nosotros, porque ya sabemos que llegarán las llamadas y las visitas. Estamos aquí todos los días, y tenemos que protegernos de la presión mediática». A pesar de que han transcurrido tres años, las flores no han faltado en Angrois nunca. «En estos días aumentan los centros florales, las plantas y los mensajes en el puente», tanto de familiares de víctimas como de otras muchas personas ajenas al siniestro.

La noticia de que la Agencia Ferroviaria Europea cuestiona que solo se culpe al maquinista «ha revivido los sentimientos». Noya apunta «a nivel personal, no en nombre de todos los vecinos», que el maquinista es el principal responsable, pero defiende que «hay otras circunstancias que deben investigarse. Supongamos que Fernando Alonso tiene un accidente en un circuito. La velocidad es determinante, pero también el estado del circuito. Si hay seguridad, zonas para escapar y contrarrestar el golpe, las consecuencias son menores. En Angrois falló algo más que el maquinista». Pese a tener la curva delante todos los días, Noya prefiere pensar «en que si compró un billete de avión, el avión pasó todos los controles; y si subo al tren, las medidas de seguridad son todas las posibles y correctas. De lo contrario, no viviríamos».

Una de las cuestiones que ha hecho que el accidente de Angrois siga «vivo y presente cada día» es el Camino de Santiago. «Antes del accidente, el puente pasaba desapercibido. Casi nadie paraba. La mayoría seguía su Camino sin más, pero desde el accidente es una parada obligatoria». Incluso los extranjeros abordan a los vecinos para preguntarles por las flores del puente, y «cuando señalas hacia la curva, ya saben lo del accidente y hablan de Angrois. Es difícil pasar desapercibidos». Noya confía en que «poco a poco, las demandas vecinales despierten más interés que el accidente, al menos para la prensa local», y aprovecha para recordar que «pedimos que el autobús de Sar entre en Angrois antes de seguir hacia Aríns».