«Los docentes se preocupan cada vez más por atender mejor la diversidad»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

Álvaro Ballesteros

Asperga lucha por los derechos del colectivo con síndrome de Asperger en Galicia

24 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre 3 y 7 de cada mil nacimientos presentan síndrome de Asperger, «porque no me gusta decir que lo sufren, ni que lo padecen, ni lo considero una enfermedad: es una circunstancia», afirma Irene Montero, presidenta de la asociación de familias Asperga, que defiende los intereses de este colectivo en Galicia. Ayer firmó un convenio con el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, para mejorar la atención en los centros educativos.

El síndrome de Asperger «forma parte del Trastorno del Espectro Autista». Explica: «Es de origen neurológico y sus principales dificultades se manifiestan en que las personas tienen dificultades para mantener relaciones sociales. Lo hacen de forma distinta, y a veces no saben cómo, les faltan habilidades. Suelen tener intereses restringidos en un tema determinado, que les permite especializarse, y son capaces de estar hablando de eso, y tú les cuentas lo tuyo y no les importa. Eso puede ser un puente para facilitar la relación, pero también puede dinamitarla. Les cuesta prestar atención; reconocer los propios sentimientos y emociones, y los de los demás; para ellos las cosas son transparentes, se muestran como son. Tienen inteligencia normal, y a veces superior a su entorno. Son capaces de muchas cosas, y tienen capacidad de concentración muy grande en lo que les interesa».

La asociación de familias comenzó en el año 2006 en A Coruña. Después en Vigo, y más recientemente en Santiago, en el centro sociocultural de Pontepedriña. «Arrancó gracias al programa autonómico Coopera, que nos permitió contratar profesionales, como psicólogos o educadores. La actual directiva, desde hace un par de años, nos proponemos ofrecer un plan integral, que se manifiesta en la atención sanitaria especializada, con diagnósticos diferenciales, y terapias individuales y grupales; asesoramiento para mejorar la calidad de vida de las personas con Asperger y sus familias, entenderlos y enseñarles a relacionarse, pero también que el entorno se adapte a ellos; y apoyo e intervención en el entorno escolar», indica.

Enseñanza inclusiva

Irene enfatiza la relevancia del ámbito educativo. El alumnado con síndrome de Asperger está integrado con normalidad en centros de enseñanza ordinarios «y eso es lo ideal, que sean inclusivos, porque son personas que van a vivir en sociedad, a trabajar, y necesitan apoyo. Y cambian mucho cuando lo tienen».

En este sentido, señala que el convenio firmado ayer con el conselleiro «supone un marco de seguridad para que Asperga, como entidad especialista, pueda prestar ese apoyo para ayudar a que el desarrollo de alumnado con síndrome de Asperger sea el mejor posible. La idea es ofrecer formación para el profesorado; asesorar en casos particulares, a petición de la familia o del centro; u orientar en estrategias para determinados casos. Insistimos en la relevancia de los horarios no reglados, como el recreo o en el comedor, donde estos escolares suelen quedar más desplazados, y se necesita favorecer que se integren también».

Irene valora que el marco educativo ha mejorado «aunque queda mucho por andar, y todos tenemos que aportar: Administración, familias, docentes, personas con Asperger... Pero se nota un cambio respecto a hace 15 años, cuando eran vistos como unos chicos raros en la clase. Notamos que los docentes se preocupan cada vez más por atender mejor la diversidad. Y tenemos que seguir avanzando, con una perspectiva positiva».