Un gallego reina en la final de Bakú

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

Ana Garcia

El larachés Juan Brandariz Movilla, «Chumi», triunfa en la selección, que mañana disputará la final del Europeo sub-17

20 may 2016 . Actualizado a las 15:54 h.

Los que lo conocen bien dicen que se trata de un jugador excelente en el aspecto técnico, muy completo en el marcaje individual y un asiduo a salir con el balón controlado desde atrás. Estas características le han valido para fichar por el Barcelona en agosto del 2014.

Juan Brandariz Movilla, Chumi, mide 1,84 y nació en A Laracha el 2 de marzo de 1999. Y tiene además el privilegio de ser el único jugador gallego en la selección nacional que estos días disputa en Azerbaiyán el Europeo sub-17. Chumi y sus compañeros tienen mañana, a partir de las seis de la tarde (hora española), la posibilidad de ganar este gran título. Para ello deberán doblegar a la siempre complicada Portugal.

El combinado, dirigido por el exjugador del Atlético de Madrid Santi Denia llega a la gran final de Bakú tras haber dejado en la cuneta a selecciones del potencial de Holanda, Serbia, Italia, Inglaterra y Alemania, esta última en semifinales y con remontada incluida (1-2).

El larachés es un asiduo a las convocatorias con la selección. Ya lo fue con la sub-16 y ahora ha subido un peldaño más en lo que parece ser un ascenso, silencioso desde el punto de vista mediático, pero meteórico en el que parece ser uno de los futbolistas con mayor proyección de la Costa da Morte, como el coristanqués Angeliño, enrolado en las filas del todopoderoso Manchester City.

Juan Brandariz Movilla inició su carrera deportiva en el Laracha. De ahí pasó al Montañeros y, posteriormente, recaló en el Deportivo. Los ojeadores de la Masía se fijaron en un chaval espigado, pero dotado con una excelente calidad técnica. Los informes llegaron a las oficinas de Arístides Maillol. El club azulgrana le realizó una oferta por cuatro temporadas, «irrechazable» según relató a La Voz de Galicia en la delegación de Carballo en una entrevista realizada a los pocos meses de su incorporación a la disciplina blaugrana.

Seguidor confeso del Barcelona cree, sin embargo, que por sus condiciones físicas se parece más a Varane, el central del Real Madrid. En todo caso, sus compañeros de equipo lo asemejan más a Marc Bartra. Chumi reconoce que cuando lo llamaron del Barcelona pensó «que era una broma».

Su progresión ha experimentado un cambio exponencial. Titular indiscutible en su equipo y en la selección, tiene todas la trazas de llegar lejos en el mundo del fútbol. No solo por su calidad técnica, sino por tener los pies en el suelo. Se define como un buen estudiante porque es consciente de que el fútbol es una especie de montaña rusa. Hoy se está arriba y, de repente, una lesión grave o un bajón físico y se pasa al cajón del olvido en un abrir y cerrar de ojos. Pero como él mismo reconoció en su día si por un segundo se le ocurriese despegar los pies de la tierra, sus padres se encargarían de hacerlo regresar ipso facto.

Mientras, continúa disfrutando de una experiencia única en un club único. Único por la forma de proyectar a la gente joven. Único por el trato recibido desde que llegó a La Masía. Y único también porque «en el Barcelona tienes que ser buen estudiante, persona y compañero además de muy buen futbolista». Él procura hacer bien su trabajo y «disfrutar de la experiencia». Si por encima la selección llama a su puerta, mejor que mejor. Quien se lo iba a decir a Chumi hace tres temporadas.