Fondos revueltos para el marisqueo

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CRÓNICA CIUDADANA

CARBALLO

04 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los mariscadores todavía no han acabado de sacudirse el letargo invernal, de muchos meses de mal tiempo y capturas pocas más que de subsistencia y, cuando se supone que debían arrancar con fuerza sus actividades de cara a la esperada campaña estival, los vientos parece que no les soplan precisamente favorables. En casi todos los sectores hay problemas importantes, como la muerte de las almejas entre la arena y los aportes de agua dulce, pero a los que no se les presenta nada de cara el trabajo es a los buzos del longueirón y la navaja.

Nada más arrancar el buen tiempo, que es cuando la temperatura del agua y otras características del mar les permiten trabajar con más soltura, se han topado con un cierre preventivo por toxina, lo que, de media, les supone que dejan de ganar unos 150 euros por profesional y día.

La polémica está servida de nuevo, sobre todo entre los más críticos, como el caso del fisterrán Guillermo Traba, que lleva años clamando contra las normas de la Xunta, en algunos casos sin excesivo eco entre los compañeros. Asegura que se están incluso planteando denunciar al Gobierno gallego, por lo que consideran un perjuicio inaceptable de su actividad.

Dados los plazos propios de las analíticas, cada vez que se produce un cierre se tiran por la borda tres o cuatro días de trabajo, entre el marisco que no se puede comercializar y el que está vetado extraer. De ahí que su propuesta, secundada por otros, pase por que el longueirón y la navaja extraída se lleve a una cetárea, que se agilicen lo máximo posible los plazos de las analíticas para que no se muera y, en el caso de que el resultado de toxinas sea negativo, poder venderlo.

Creen que de esta manera no se les priva de trabajar y tampoco se está propiciando ningún riesgo para la salud pública, porque son ya muchos los casos en los que los cierres decretados realmente acaban por revelarse innecesario y cuando se vuelven a abrir los bancos han pasado por el medio varios días en los que el marisco estaba en perfecto estado y, sin embargo, no se pudo extraer.

Por si fuese poco, las previsiones meteorológicas hablan ya de vendavales y mucho mar de fondo de cara a la semana que viene, con lo que, a poco que se tuerzan las cosas, los profesionales sumarán enseguida 10 días perdidos, lo que, después de lo que fue el invierno, echa por tierra lo que debían ser unos buenos resultados del mes.

De ahí que, quejas gratuitas aparte, que también las hay y además recurrentes, urjan medidas serias y consensuadas para compaginar el elemental derecho de todos los consumidores a que no se juegue con su salud con el interés de los mariscadores por ganarse la vida.