Dice que el 2014, a pesar del dramático naufragio del «Paquito Nº2», no fue un año especialmente convulso para los equipos de emergencias
28 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo Fisterra, en Porto do Son, es como un gran hermano que vigila el mar desde Navia (Asturias) hasta Portugal. Manuel Iglesias Franco (Rianxo, 1953) es su máximo responsable. En su despacho hay numerosos recuerdos que hacen entender, rápidamente, que su vinculación con el mar es lejana. Tras 17 años en la Marina Mercante desembarcó en Salvamento Marítimo para encadenar ascensos que lo llevaron, en el 2010, al cargo que ocupa.
-¿Implica muchas noches en vela ser el responsable de la única base de estas características en Galicia?
-No demasiadas. Al llegar adquirí nuevas responsabilidades, pero cuando uno conoce el papel que desempeña no hay gran problema.
-Y el 2014, ¿fue especialmente conflictivo por los accidentes marítimos?
-La verdad es que no. Siempre hay accidentes e incidentes que se salen de la normalidad, pero desde hace unos años no estamos teniendo ejercicios demasiados convulsos. Eso no quita que en el 2014 hubiese accidentes con pérdidas de vidas, que siempre es lo que más nos preocupa. Pero no fue tan malo; los hemos tenido mucho peores. En el 2010 y el 2011 tuvimos accidentes de más envergadura, por no hablar del Prestige, que todo el mundo recuerda muy bien.
-A pesar de no ser un año tan malo, el 2014 sí que terminó de la peor manera posible para Barbanza con el naufragio del «Paquito Nº Dos», en el que murieron tres vecinos de Boiro.
-El Paquito Nº Dos fue un cierre de año funesto al haber pérdidas de vidas humanas, que siempre nos deja una sensación horrible de que se pudo hacer algo más para evitar ese tipo de sucesos.
-¿Se sabe, o presupone, cuál fue la causa del naufragio?
-No puedo decirlo al carecer de elementos como la situación del barco o las circunstancias que hubo en el momento del hundimiento, pero supongo que la comisión de investigación de accidentes marítimos del Ministerio de Fomento hará un estudio para sacar conclusiones. De todas formas, y hablando de una forma general, un barco se hunde cuando pierde flotabilidad. Esto tuvo que pasarle al Paquito Nº Dos, y eso sucede normalmente, pero sin que sea exhaustivo con el caso que comentamos, por dos circunstancias concretas. Una puede ser por un fallo estructural del barco, o por una pérdida de estabilidad. Si entramos en el fallo estructural estaríamos hablando de numerosas posibilidades: una colisión, fatiga de materiales o una vía de agua. Pero, insisto, desconozco qué paso. La otra razón que le decía, y que atiende a la falta de estabilidad del barco, puede ser, y siempre hablando de casos genéricos, por una distribución inadecuada del peso que va a bordo. Pero vamos, que esto son cuestiones genéricas que desconozco si están relacionadas con el naufragio del Paquito Nº Dos.
-¿Cuáles fueron los accidentes marítimos más frecuentes el año pasado?
-En el 2014, y en la provincia marítima de A Coruña, tuvimos 126 emergencias, de las cuales 32 fueron con pesqueros, 27 con mercantes, 17 de recreo y tres por caídas de pescadores con caña.
-¿Por qué el tramo de costa que hay frente al faro de Corrubedo tiene tantos naufragios?
-Desde el punto de vista de la navegación, Corrubedo es muy complicado y es necesario conocer la zona. Yo nunca hice un estudio sobre esta cuestión, pero puede que el mayor número de incidencias responda a que hay una mayor actividad humana que en otros lugares.
-¿Qué parte hay de imprudencia en los accidentes marítimos que atienden?
-No me atrevo a dar cifras sobre ese tema, pero está claro que el factor humano influye mucho en todo tipo de accidentes marítimos. Luego hay sucesos que son inevitables y se darían tomando todas las precauciones del mundo. Por eso, reitero, en un porcentaje muy alto de los accidentes que hay influye el error humano.
-¿Con qué medios cuenta Salvamento Marítimo para actuar en la comarca?
-En el centro estamos 32 personas, y siempre hay tres controladores de guardia las 24 horas. Además tenemos dos embarcaciones propias, que son la Salvamar Regulus, con base en Porto do Son, y la Sargadelos, en Ribeira. A mayores disponemos de medios aéreos como un helicóptero, en A Coruña, con capacidad de rescate para 23 personas. Hay otro en Santiago con capacidad para 12. También hay que contar con el nuevo helicóptero que entrará en funcionamiento a principios de febrero, y que tiene la tecnología más avanzada del mercado y una autonomía de 250 millas. Por último, y más enfocado a temas de contaminación, tenemos un avión. Gardacostas de Galicia, Cruz Roja, Vigilancia Aduanera o Guardia Civil también nos ayudan si es necesario.