La cocaína del «Coral I» se iba a alijar desde la Costa da Morte

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

La planeadora estaba en esta nave.
La planeadora estaba en esta nave. CEDIDA

Una lancha de 2.000 caballos disfrazada de pesquero esperaba en Cabana

24 feb 2015 . Actualizado a las 19:26 h.

La Costa da Morte juega un papel crucial en las descargas y el tráfico de drogas del litoral gallego. Por si existía alguna duda, además del tiroteo de Aboi (Muxía) del 4 de diciembre y las detenciones del miércoles en marco de la operación Parede, ahora se ha sabido que la banda de Rafael Bugallo Piñeiro, O Mulo, uno de los históricos del narcotráfico arousano, tenía también apoyo logístico en la comarca. Los investigadores de la operación Visillo, en la que participaron desde los GEO de la Policía Nacional hasta el Ejército del Aire pasando por los patrulleros de Vigilancia Aduanera, y que escoltaron el Coral I desde unas 650 millas al oeste de Cabo Verde, descubrieron que la clave para descargar los 1.500 kilos de cocaína colombiana que traía estaba en la Costa da Morte. Concretamente en los antiguos astilleros Roseva de Cabana de Bergantiños, que la familia propietaria cerró en mayo del 2011, cuando la empresa, la más importante del sector en el zona, quedó liquidada.

Una lancha imponente en dimensiones y potencia, pero con algunos detalles que la convierten en el primer caso de este tipo detectado en España. Y es que estaba dotada, al menos aparentemente, de puente de mando, castillo de proa, antenas de radio, aparejos de pesca e incluso lanchas salvavidas. Eso sí, era todo atrezo elaborado con fibra y madera para dar la impresión de que se trataba de un barco convencional, poco menos que listo para salir a faenar. Nada más lejos de la realidad, porque, además de los 2.000 caballos repartidos entre varios motores, su interior estaba completamente hueco y adaptado tanto para el transporte de bidones de combustible, como para llevar fardos de droga. Una versatilidad que permitiría tanto ocuparse de la cocaína como abastecer a otras embarcaciones en el mar o, simplemente, cargar todo el suministro necesario para hacer una larga travesía con los niveles de consumo que tienen estos propulsores. De hecho, en la propina nave de Cabana, los policías se incautaron de seis depósitos de plástico, con aproximadamente 1.000 litros de gasoil en su interior cada uno.