El aguante del templo sorprendió a los técnicos que lo repararon

La Voz

MUXÍA

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Tanto la directora de obra, Carmen García, como el jefe de equipo de los restauradores, Alberto Santos, destacaron este fin de semana en Muxía el «aguante» que tuvo el tempo, como síntoma de los «bien construido que estaba» ante todo lo que tuvo que soportar, sobre todo por las lluvias caídas durante muchos meses.

También coincidieron en que la idea no era borrar todas las huellas del incendio porque «tiene que quedar constancia de que aquí ha pasado algo» porque eso se añadirá también al legado histórico muxián, pero sí devolverle la funcionalidad y las condiciones más próximas posibles a las originales. «Todo el mundo quiere que recuperemos el retablo del altar mayor, pero eso evidentemente es imposible. Ni siquiera hay porque tratar de hacer algo igual», afirma Santos, que cree que a lo largo de los siglos el templo debe ser reparado y sometido a muchas modificaciones con lo que lo primordial es que cada época pueda aportarle lo mejor de sí al conjunto.

Reto

Para la arquitecta «el reto mayor no fue la obra, porque en sí no entrañaba demasiada complicación, sino el reto mediático y de los vecinos, porque todos los focos estaban puestos sobre nosotros y sabíamos la responsabilidad que era recuperar un lugar tan simbólico con unos mínimos para restablecer el culto que era lo que se pedía».