El Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Muxía, que el Concello eleva a la Xunta de Galicia para su aprobación no es un documento cerrado, sino más bien la respuesta para solucionar necesidades puntuales, como evitar el derribo de dos casas de Quintáns, y, tal como asegura el concejal de Urbanismo, Samuel Lago, será reformado a medio plazo.
El edil, a quien la oposición le ha criticado con dureza la falta de publicidad del planeamiento y la reducción de edificabilidad, no considera que este documento vaya a impedir el desarrollo futuro del Concello, sino que más bien servirá para «darlle tranquilidade e seguridade xurídica aos veciños».
La ampliación de áreas urbanizables la fía a esta futura modificación en la que ve zonas susceptibles de encajar con las múltiples exigencias y restricciones de normas ambientales, patrimoniales y de otro tipo. Así, a su juicio, el margen izquierdo a la entrada del pueblo, más allá de la zona de protección, tiene todas las papeletas para ser el lugar hacia donde crezca Muxía.