Poco berberecho en la reapertura del área marisquera de Camariñas

Cristina Viu Gomila
Cristina viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Las mariscadoras, ayer en Camariñas.
Las mariscadoras, ayer en Camariñas. José Manuel Ferreiro

Tras once meses de paro solo se comercializaron 700 kilos de moluscos

05 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Menos de trescientos kilos de berberecho pudieron vender ayer las mariscadoras de Camariñas después de casi 11 meses de paro forzoso primero por los temporales del pasado invierno y después por los destrozos que el mar de fondo causó en los bancos. El precio tampoco acompañó, ya que se pagó a 4,60 euros, por lo que la vuelta a la actividad fue un tanto agridulce. Algo mejor fue con la almeja que aguantó mejor las convulsiones de las olas en enero y febrero sino también las copiosas lluvias del noviembre del 2012, que provocaron otra fortísima mortandad en la zona. De japónica, a 7,10 euros, vendieron algo menos de 200 kilos, la misma cantidad que de fina, a 17,30 euros. Las cotizaciones fueron muy justas para esta época del año.

La bióloga de zona señaló que la escasez era ya lo previsto en la primera jornada de faena, más de sondeo que se explotación. Los profesionales se encontraron con áreas que estaban vacías alternando con otras donde había una cantidad considerable de moluscos de tamaño comercial.

Todo ello se debió a la siembra de bivalvos procedentes de otros puntos de Galicia, porque sobre todo O Ariño quedó arrasado por los temporales. Ayer no se ejerció demasiada presión sobre una de las áreas más ricas en moluscos de la Costa da Morte, pero hoy tienen previsto volver y ahora ya está más definido cuáles son los lugares en los que la regeneración ha tenido más éxito. Queda cerrada todavía A Cangrexeira, pero los demás polígonos están abiertos.

La jornada, que comenzó poco antes del amanecer, fue dura y hubo pocas ganancias y aunque supuso la vuelta a la normalidad tras más de 300 días sin ventas, lo que ha hecho que el año haya sido muy difícil para algunas familias. Sin embargo, lo que más molestó fue que estuvieran cerrados los baños que el Concello construyó con una ayuda del GAC para que las mariscadoras puedan cambiarse.