El alcalde de Malpica, Eduardo Parga, pasó revista en Radio Voz Bergantiños a los asuntos de actualidad que afectan al municipio. Lo hizo en el espacio Cita co Concello. Parga Veiga recibió dos llamadas de vecinos que le recordaron la mala situación en la que se encuentra el patrimonio etnográfico y megalítico del municipio. Un visitante alertó sobre la mala situación en la que están los Muíños de Ardeleiro y una vecina reclamó la señalización del dolmen Pedra da Arca, que forma parte del futuro Parque Arqueolóxico do Megalitismo de la Xunta y que es Ben de Interese Cultural. El alcalde se comprometió a poner en valor ambos enclaves.
Presupuestos. El alcalde se mostró especialmente satisfecho con los presupuestos de la Xunta para el próximo año, ya que se incluyen tres obras largamente solicitadas: la depuradora, la guardería y el centro de salud de Buño. Los trabajos de las dos primeras van a buen ritmo y las dependencias sanitarias de la localidad oleira están en fase de licitación. Salvo la escuela infantil, que, según las previsiones, estará terminada en septiembre, para tener el resto de las infraestructuras será necesario esperar un año.
Loroxo. El regidor se refirió a la demanda de las madres de alumnos de Loroxo, que reclaman una parada más cerca de sus casas. Recordó que se trata de una petición antigua y «razoable» y que él mismo trasladó al jefe territorial de Educación. El problema es que la Xunta no quiere pagar a la empresa de autobuses por los dos kilómetros a mayores que tendría que hacer de más en cada viaje.
Cerqueda. Con respecto al conflicto del cementerio, el alcalde recordó que no se trata de un tema municipal y de que nadie pidió que el Concello interviniera, por lo que se mantiene al margen. La única labor del gobierno local es conceder la licencia si se cumplen todos los requisitos.
PXOM. Precisamente el urbanismo es el que ha llevado a la imputación del alcalde por la licencia del edificio de la Atalaia. Eduardo Parga señaló que no comprende por qué ha tenido que presentarse ante el juez y destaca que solo concedieron la autorización porque tenían los informes necesarios, aunque también recalcó que cuando comenzó el proceso, en el 2003, «eu nin sequera estaba na política».
Imputación. Eduardo Parga asegura que una imputación no significa nada, porque «é unha garantía procesal que tes». Considera que si no pudiera presentarse por este motivo habría un perjuicio tanto para él como para su partido, puesto que todavía no está claro que haya responsabilidad. Si el proceso terminara en un juicio considera que no podría presentarse.
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