La deuda de una familia de cuatro personas es ahora de 180 euros
20 nov 2014 . Actualizado a las 15:24 h.En enero de este año terminó el contrato de mantenimiento del servicio de agua y alcantarillado que la empresa Viaqua tenía con el Concello de Coristanco. Desde entonces, trabajadores municipales han asumido las tareas de mantenimiento de la instalación y el gobierno local no ha tomado ninguna decisión sobre la gestión del servicio.
Sin embargo, lo que más preocupa a las familias de Coristanco es que desde entonces no se ha vuelto a pasar ningún recibo. El alcalde, Antonio Pensado Plágaro, reconoció que no se ha emitido ninguna factura a los abonados y señaló que sí se pasarán al cobro, aunque no estableció ningún plazo. El gobierno local todavía no ha sacado a concurso el mantenimiento de las redes de suministro y saneamiento ni ha aclarado si finalmente asumirá esta labor, como ocurrió en Zas.
Situación escandalosa
Según comentó el concejal de la oposición Amancio Lavandeira, que en el último pleno calificó de escandalosa esta situación, una familia media, formada por cuatro personas, tiene que pagar una media de unos 60 euros al trimestre, lo que supone que la deuda es ahora de 180 euros.
En el caso de las empresas, la situación es peor, porque el consumo de agua se multiplica. Un restaurante suele pagar entre 250 y 300 euros cada tres meses, por lo que este tipo de negocios deberían asumir en este momento unos atrasos próximos a los 900 euros.
A pesar de que el Concello ya no tienen contrato de mantenimiento de Viaqua, sigue contando con sus servicios, aunque sea de forma puntual. Estos días los operarios están desatascando la red de alcantarillado en la capital municipal y en Agualada. Las labores ya se realizaron el pasado año y tienen como finalidad evitar inundaciones, ya que es habitual que haya tapones en las canalizaciones por un uso inadecuado de las instalaciones de las que en varias ocasiones han tenido que retirar objetos.
Asunción del servicio
El Concello de Coristanco tiene en este momento la posibilidad de asumir el servicio, algo que en este momento está haciendo con personal contratado y alguno propio. Es el modelo de Zas, aunque en ese caso los usuarios son apenas 700. En Cabana, que estaba en una situación parecida, optaron por contratar fuera.
Para la oposición, además del riesgo que supone para las economías familiares y profesionales asumir los atrasos del servicio, el principal motivo de preocupación es que el Concello está asumiendo el pago del canon de la Xunta, una cantidad nada desdeñable y que, según el regidor zasense, Manuel Muíño, supone casi un tercio del recibo. Amancio Lavandeira también se quejó de que desde el Concello estuvieran pagando algo que no le corresponde, sobre todo teniendo en cuenta la enorme deuda que tiene contraída el ejecutivo local coristanqués.