Vecinos de la Fernando Blanco están hartos de inundaciones

cee / la voz

CARBALLO

09 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres jornadas con el agua por la rodilla para entrar en casa en menos de una semana han acabado con la paciencia de muchos vecinos de la avenida Fernando Blanco de Cee. Prácticamente de todos los que viven en el margen izquierdo desde el taller de Torrente hasta el cruce del Eugenio López y el polideportivo.

Como dice Manuel Rodríguez, uno de los afectados, «dous anos para un estudio [el que está realizando Augas de Galicia en la zona] xa poden ser dabondo e vai sendo hora de que dunha vez por todas empecen a tomar medidas porque levamos anos e anos da mesma maneira».

«Estamos fartos de ter que sacar os coches e os nosos enseres dos trasteiros cada vez que chove», se queja José Castiñeira, otro de los vecinos para quien una de los principales problemas son las rejillas de ventilación de los garajes, realizadas de manera irregular, por las que se cuela el agua que inunda los sótanos.

Los desbordamientos del alcantarillado, donde se mezcla la lluvia con los residuos siembran siempre multitud de suciedad por la zona y, en ocasiones, como ocurrió esta semana, alguna visita inesperada como la de una rata de dimensiones considerables que pudo ser fotografiada por los residentes.

Estos vecinos también desmienten una de las tesis más repetida respecto a lo que la propia alcaldesa, Zaira Rodríguez, considera uno de los problemas más urgentes a resolver en el municipio; como es la de que las mareas altas impiden que el alcantarillado desagüe con normalidad. De ser así -dicen los afectados- la situación sería idéntica en otros puntos de la red y, sin embargo, del cruce del colegio hacia abajo las canalizaciones funcionan con toda normalidad.

De ahí que, a su juicio, la principal deficiencia, como ya apuntaron antes técnicos y políticos, tiene que ver con una reducción del diámetro de la tubería justo en esa zona. La canalización ve rebajado su caudal de forma brusca, al pasar del tubo de plásticos nuevo al antiguo de hormigón, y se forma un embudo que hace brotar la suciedad a la calle, sin que, por el momento, se la haya puesto solución.