El Faro de Fisterra seguirá funcionando al menos otra semana con la baliza de emergencia, que se alimenta con baterías y tiene un alcance máximo aproximado de 11 millas, toda vez que la avería detectada en las instalaciones y los sistemas eléctricos son graves y complicadas de reparar.
De hecho, el trabajo de los últimos tres días ha servido para poco más que dotar de tensión eléctrica al edificio, mientras que el mecanismo de la linterna, que le permite emitir su potente haz de luz y rotar de manera continua sigue averiado.
Se trata de un dispositivo sofisticado, que constituye el corazón del Faro y que llevará su tiempo ponerlo en marcha de manera correcta. Entre tanto, la señal marítima como tal ya ha sido dada de baja, como marca la normativa, para que los navegantes que circulan por la zona sepan a que atenerse, aunque eso no significa que suponga un peligro añadido,
El resto del inmueble también sigue cerrado a las visitas porque la descarga eléctrica fue tal calibre que destrozó el cuadro general e incluso el contador, ya que, como dice el farero, Agapito Mendoza, «ante as forzas da natureza a tecnoloxía pouco pode facer».
Aparte del asunto del Faro y de los daños en el Semáforo, el edifico contiguo, estos últimos días de tormenta también dejó otros incidentes relacionados con los rayos. Los buzos del longueirón, por ejemplo, volvieron a tierra después de ver las descargas en el agua cuando iban a trabajar.