Aunque por la indumentaria de compradores y vendedores daba la sensación de que el de ayer era un mercado de julio o de agosto, la oferta de verduras, frutas y hortalizas era la correspondiente al pleno otoño.
Al haber menos vendedores por las restricciones del decreto de venta directa, la variedad también se redujo notablemente. Se mantienen los productos del verano, favorecidos por las altas temperaturas. Aún hay tomates y judías verdes, además de pimientos de la variedad Padrón, que este año han sido especialmente numerosas y han terminado por ir muy baratos.
Ya de la actual temporada siguen las fabas verdes, ahora ya en menos cantidad que hace solo unas semanas. La dificultad para conservarlas hace que ahora sean más difíciles de comercializar. Han entrado en liza los tratantes que las compran secas para una mejor conservación y la mayor parte de los productores han optado por este canal de venta que termina, en casi todos los casos, en las empresas asturianas del sector.
También ha habido un parón en las castañas. Las más tempranas ya se han vendido y ahora quedan otras para el magosto. Las próximas semanas serán decisivas para poder calibrar los precios. Además ha subido ligeramente el precio de las patatas, que ahora está a 0,50 euros el kilo, cinco céntimos más que hace solo unas semanas. A pesar de todo no es una cotización demasiado elevada.