El Concello de Fisterra no dispone de los fondos suficientes para el desarrollo integral del Plan Director del Monte do Cabo y probablemente no los vaya a tener nunca a no ser que el sistema de financiación municipal y el reparto de los recursos dé un giro de 180 grados. De ahí que el alcalde, José Manuel Traba, diga que hay que optar «por ir facendo as cousas que se pode» y entre ellas entrarían el asunto del cementerio, la senda y la reparación de la iglesia ya aprobado. Todo ello siempre con el apoyo de otras Administraciones.
Sin embargo, el aspecto económico no es el único que limita la concreción del diseño de Portela. Igual ocurre en otros proyectos atascados desde hace muchos años, entre ellos el centro de salud, el espacio en Fisterra tiene muchas veces la clave y en el Cabo más, dado que prácticamente no se puede construir en ningún sitio y el Concello necesita las instalaciones que hay porque no dispone de otras alternativas. El gran área de recepción o aumentar la visibilidad de Santa María das Areas implican conseguir unos terrenos que no son públicos y recurrir a la expropiación supondría más dinero que no hay.
Además, cada paso tiene pasar por multitud de filtros dado que se trata de un área protegida tanto ambiental como patrimonialmente, con lo que hace falta mucho más empeño político y el apoyo externo para que el conjunto del plan pueda ver la luz algún día.