El acuerdo con Capacee pasa por que Cáritas se retracte

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

A día de hoy la ayuda de 18.000 euros está más cerca de volver a la Deputación que de que se pueda mantener en la localidad

15 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque la reunión de la semana pasada en el Concello de Cee, a instancias de la alcaldesa, Zaira Rodríguez, abrió alguna puerta; el conflicto entre Cáritas y Capacee -la asociación surgida en el seno de la entidad eclesiástica para optar a subvenciones públicas- está lejos de solucionarse.

Los miembros de la comisión liquidadora de Capacee, que es lo que queda del colectivo toda vez que la asamblea del mismo decidió su disolución, exigen que los responsables de Cáritas se retracten ante la Deputación y públicamente del contenido de la carta envidada al gobierno provincial que constituye uno de los puntos fundamentales de la discordia.

El director de la entidad diocesana, José Anuncio Mouriño, ya admitió al término del encuentro en Cee que, cuando menos, fue desafortunada y que no la habría firmado si contase con toda la información obtenida en su visita a la localidad.

Esa misiva resultó insultante para los representantes de Capacee, porque aparte de contradecir cuestiones fácilmente comprobables con los documentos, ponía en tela de juicio y sembraba dudas infundadas sobre la labor de la asociación.

De ahí que, para ellos, el encuentro del Concello no se pueda considerar una reunión, ya que como afirma el tesorero de la comisión liquidadora, Modesto Rivas, ellos no estaban invitados e únicamente se les dio cabida durante unos minutos en el transcurso de la misma.

Por tanto, para empezar a hablar formalmente de este asunto, lo que exigen es que Cáritas se retracte de la carta «en todos sus términos», no únicamente en el del supuesto desconocimiento del convenio firmado, que es una cuestión accesoria.

A partir de ahí podrían sentarse y tratar el asunto, pero, a día de hoy, la postura de Capacee es la misma que ya dieron a conocer al término de la asamblea. La entidad desaparece y los 18.000 euros de ayuda vuelven a la Deputación. Un proceso que tampoco resulta sencillo porque está más pensado para reintegros debidos a incumplimientos por parte de los beneficiarios que para retornos voluntarios del dinero recibido.

En el caso contrario, si llegase a producirse un acuerdo, todo parece indicar que sería necesario rehabilitar la asociación mediante los trámites oportunos y, a partir de ahí, que miembros de Cáritas se hiciesen cargo de ella para gestionar los fondos.