Cuatro arqueólogos pueden excavar A Arquiña de Vilaseco en un mes

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Vista de A Arquiña de Vilaseco, donde una plantación supuso daños para la mámoa.
Vista de A Arquiña de Vilaseco, donde una plantación supuso daños para la mámoa. x. ameixeiras< / span>

El proyecto incluye prospecciones en dos kilómetros alrededor de la mámoa

08 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto del Parque do Megalitismo, con sus 14 Bienes de Interés Cultural, es un plan ambicioso de muchos cientos miles de euros que está parado fundamentalmente por falta de financiación, pero en él hay numerosas actuaciones mucho más sencillas que tampoco se han ejecutado.

En el caso de A Arquiña de Vilaseco, por ejemplo, el propio proyecto sectorial determina que uno de los trabajos centrales, la excavación del túmulo funerario puede ser realizado por cuatro arqueólogos en solo un mes.

Sin embargo, esta no es la primera ni la más urgente de las tareas por emprender en la zona, que van desde eliminar la pared de piedra que atraviesa la mámoa hasta realizar prospecciones técnicas en una zona de dos kilómetros de radio, porque salvo trabajos puntuales o hallazgos como el hacha metálica que encontró Luis Monteagudo García en su momento, nadie sabe en detalle cuál es la verdadera riqueza del monumento megalítico.

Lo que sí se conoce es que las afectaciones por distintas tareas viene de lejos y, de hecho, están recogidas en el propio plan sectorial, que refleja como desbroces y plantaciones anteriores incidieron en el túmulo e incluso «marcas de cuñas de canteiro» en la tapa del corredor. El cronograma de trabajos previstos, cuando se inicien que nada hace pensar que vaya a ser a corto plazo, empezaría por el registro fotográfico detallado de como se encuentra el yacimiento, la limpieza de la vegetación, los levantamientos planimétricos y topográficos y la delimitación física del terreno expropiado, probablemente con una pared de piedra de 70 centímetros de alto. Todo ello con el debido control y supervisión arqueológica.

La afectación fundamental, porque hay más ámbito de protección, se centra en tres parcelas. De la primera, de 17.774 metros cuadrados, se expropiarán 6.450. La segunda tiene un total de 38.854, con 4.872 expropiados. Estas dos parcelas contienen la propia mámoa. En la tercera, donde se emplearán 1.235 metros cuadrados de los 29.936 totales que tiene, se ubicará una pequeña área de recepción y el aparcamiento para turismos y autobuses. Desde allí una senda de 215 metros conducirá a los visitantes al monumento, que debe resultar accesible desde todo su perímetro. Cada paso tiene sus costes, algunos todavía por cuantificar como las expropiaciones, y en algunos casos son tan significativos como los más de 5.000 euros en los que está valorado el panel informativo principal, realizado en aluminio. De hecho, solo la zona del aparcamiento y la senda se va a más de 86.000 euros.

Unos precios que todavía refuerzan más la idea tanto del alcalde, Manuel Antelo, como de los expertos en patrimonio locales consultados que, evidentemente, aspiran a que el proyecto se lleve a cabo, como ya ocurrió con dos de los otros tres parques similares proyectados en Galicia; pero exigen que, al menos, se emprendan las acciones más urgentes.

Estas pasan sobre todo por informar y crear una conciencia social sobre el valor de los enclaves megalíticos de la zona, en los que Vimianzo es referencia absoluta, y fomentar así su conservación. De hecho, este será el sentido fundamental del informe que Antelo piensa remitir a la Xunta en los próximos días, después de la afectación de A Arquiña por unos trabajos forestales.