Desde que comenzó este año, el paro en la construcción se ha reducido notablemente. Ha sido el sector que mejor se ha comportado en la creación de empleo, quizá porque fue el más castigado al inicio de la crisis. En los últimos ocho meses, el número de desempleados ha pasado de 3.088 a 2.266, lo que supone que 822 vecinos de la zona se han reincorporado a la vida laboral activa.
El constructor muxián Germán Mouzo es uno de los que ha contribuido a reducir el número de parados. En agosto contrató a dos personas más, a pesar de que ha mantenido su plantilla porque, según explica, no ha tenido falta de trabajo. De hecho, actualmente le ocurre lo contrario. Explica: «Preciso persoal para outra cuadrilla, pero non o atopo». Busca oficiales y un encargado, pero «non se encontra xente en ningún lado, é incrible», dice.
La falta de personal también le ha afectado en otros negocios, como el de la hostelería. Hace un año abrió un establecimiento con alojamiento y restaurante a la entrada de Muxía y este verano ya no abrió la zona de comidas. No fue capaz de hallar cocinera y camareros porque buscaba empleados dispuestos a llevar el local, ya que no se trata de un local de gestión familiar. Solo mantiene en marcha el área de hospedaje y ofrece cenas, pero por encargo.
También denuncia una práctica habitual. Señala que muchos albañiles realizan chapuzas en el interior de domicilios mientras están cobrando el paro o la ayuda familiar. La economía sumergida se da mucho en este sector.
El empresario trabaja actualmente en varias obras públicas y privadas. Realiza mejoras en la carretera de Treos, acondiciona un teleclub en Brens y empezará un tanatorio en Cabana. Además tiene entre manos trabajos en A Coruña, entre otros lugares.