De las cuatro ayudas que hubo, la mitad fueron para la Costa da Morte
20 sep 2014 . Actualizado a las 11:34 h.Los vecinos de la Costa da Morte siguen apostando por el mar como salida laboral, pero las posibilidades de que los pueblos sigan viviendo de la pesca y el marisqueo son cada vez más remotas. Según los datos de la propia Consellería do Mar, el año pasado solo se concedieron ayudas por 39.000 euros para ayudar a jóvenes gallegos a comprar su primera embarcación que es, en realidad, su primera empresa, con la que han creado cinco puestos de trabajo, además del suyo propio. De los cuatro expedientes aprobados, dos son de vecinos de la zona.
David Chouciño Verdes, de Malpica, tiene 33 años de edad y compró el Monte Blanco, en Santa Mariña, y se dedica al cerco. Renunció a los 10.500 euros que le correspondían por irse al paro cuando se padre se jubiló y mandó al desguace al Segunda Beatriz. No se arrepiente.
Ramón Marcote Traba, de 28 años, es otro de los que decidieron que el mar sería su futuro. Este fisterrán, que también está soltero, siempre se dedicó a la pesca, pero la mayor parte de su historia es de fuera de Galicia. De hecho estaba en el Francisco y Catalina cuando el pesquero con base en Valencia rescató a un grupo de inmigrantes que estaba a punto de naufragar.
También Bruno Toba Martínez, de Camariñas, pidió la ayuda para comprar el Botines, el barco de su suegro, pero renunció por temor a endeudarse más. Aunque tiene 28 años está casado y tiene dos hijos. Le ofrecían 15.000 euros de ayuda.