Fue un acto de emigrantes, más que de políticos. Pero aun así, participaron (entre otros) dos representantes de Terra Galega de Coristanco y varios nacionalistas, como el alcalde de Carballo, Evencio Ferrero, o el concejal Xosé Regueira, además del exregidor de Boiro, Xosé Deira. Las citas a Castelao y los ataques al PP fueron numerosos. Los carteles, muy directos: Os emigrantes sacrificámonos, Goberno róubanos; Amnistía fiscal, non; xustiza e igualdade; As pensións dos emigrantes non son fraude fiscal; Rajoy: no te olvides de devolverle todo lo robado a los emigrantes. Y muchas más.
En el cementerio, el clima fue otro: más emotivo. María Ángeles fue definida como mártir por la causa de la lucha de los derechos de los emigrantes. «Roubáronlle a súa vida», dijo Domínguez, en referencia a quienes la llevaron a tal estado de ansiedad.