Avalancha de romeros a Muxía en un gran Sábado da Barca

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Romeros en la Pedra de Abalar.
Romeros en la Pedra de Abalar. XESÚS BÚA

La tradición y el desenfreno festivo vencieron a las altas temperaturas

14 sep 2014 . Actualizado a las 07:10 h.

El comienzo más bien discreto del viernes, «flojito» según un responsable de Protección Civil que lleva muchos años asistiendo a la fiesta, se transformó ayer en una verdadera avalancha de gente ya desde por la mañana. El acceso a Muxía presentó las habituales colas durante prácticamente toda la jornada y la zona de acampada fue cogiendo el color que tienen cada año la romería de Nosa Señora da Virxe da Barca, hasta el punto de que a media tarde ya resultaba complicado encontrar un hueco para clavar la tienda.

Las celebraciones religiosas volvieron a ser multitudinarias y en la explanada del puerto, cuando los cantantes de la orquesta preguntaron en la sesión vermú quien no estaba aún borracho, no se levantó ni una sola mano de las primeras filas copadas íntegramente por jóvenes con poca pinta de haber estrenado la cama.

Tampoco hubo mucho tiempo para ello porque la verbena multitudinaria de la noche del viernes se prolongó hasta las nueve de la mañana y, mientras el equipo de limpieza le daba un repaso general al pueblo, ya se preparaba otra jornada de desenfreno con música repartida por todos los rincones de la localidad. Desde las charangas, bandas y grupos folclóricos que puso la comisión, hasta los potentes equipos que algunas pandillas tenían en la acampada, pasando por las atracciones de fiesta y los bares, no quedó una esquina sin que sonasen temas de todo tipo, especialmente electrónica y el pop más comercial.

Toda esa mezcla de públicos y ambientes que es A Barca se produjo ayer bajo un calor sofocante, porque la tormenta apuntada en las previsiones descargó en forma de bochorno que por momentos hizo subir el termómetro casi hasta los 30 grados con una sensación térmica aún superior.

Con todo, y aunque lo predominante fueron las churrascadas campestres, las reuniones de familias y jóvenes y el alcohol de todo tipo, quedó espacio y mucho para las tradiciones.

Estaba más que claro que la Pedra de Abalar este año no se iba a mover del sitio, porque está desplazada de su ubicación y apoyada contra otra roca, pero eso no significó que hubiese que intentarlo. Durante toda la jornada se sucedieron los grupos, sobre todo de chavales, que, copa en mano y con el sombrero más estridente posible, trataban de lograr lo imposible.

Entre tanto, y ya con ritmo más pausado, otras muchas personas cumplieron con el ritual de pasar a gatas bajo la Pedra dos Cadrís o visitar el resto del santuario lítico, mientras dejaban a sus espaldas la basílica rodeada de andamios. Un templo en el que ya quedó instalado en su exterior el altar que acogerá los actos religiosos día grande.

Una jornada en la que, ya con los ánimos juveniles mellados por el cansancio, tomarán el protagonismo los romeros de más edad y la procesión de la Virgen para la que Protección Civil ya tiene lista el anda que encargó.