Carmen Muñoz Fernández (Cáceres, 1969), que reside en Malpica desde hace más de una década, acaba de publicar el libro 20 poemas de remanso, un poemario escrito en gallego y castellano que mezcla la fotografía con los versos. La obra además tiene un fin benéfico, ya que todo lo que se recaude con su venta irá destinado a la Fundación Amigos de Galicia, entidad que se encarga de ayudar a personas con dificultades económicas.
Muñoz nació en un pueblo de Cáceres y el placer de la escritura siempre la ha acompañado. Durante sus viajes llevaba libretas donde apuntar cualquier cosa que le sirviese de inspiración para alguna de sus creaciones. Esta afición tomó parte crucial en su vida cuando, en 2010, dio un giro personal inesperado. La poesía le ayudó a superar ese momento y a conseguir más calma en su vida tras esos días. Ahora, con la publicación de este libro, le gustaría que los lectores puedan disfrutar de la paz que ella encontró entonces en la poesía.
Fisterra
Cuando se cruzó con las fotos del portugués Pereira Lopes sintió ese mismo bálsamo, y al mismo tiempo, con ellas vino de nuevo la inspiración. Las redes sociales les dieron a ambos la oportunidad de conocerse y poco a poco fueron casando las fotos -que retratan paisajes de Cecebre, Fisterra o Avintes (Portugal)- con cada uno de los poemas. Todos están en ambas lenguas. La gallega la aprendió contándole cuentos a sus hijos.
Esta relación con la fotografía tampoco es casual. «Antes, cada vez que escribía un poema me volvía loca buscando una imagen con el que identificarlo», explicaba ayer en su casa la poetisa: «Ahora mismo soy incapaz de escribir una poesía sin plasmar en la página una imagen».
Este libro es, ante todo, una manera de apreciar la lengua y los paisajes gallegos y portugueses y eliminar la estrecha frontera que existe entre ellos.