El séptimo fuego en San Cremenzo estuvo a punto de llegar a una casa

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

ALVELA

Los vecinos del lugar se preguntan si para ellos existe o no la Justicia

30 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cisternas agrícolas liberando agua, los bomberos de Cee con dos camiones y llenos de hollín, decenas de vecinos cargando hierba con horquillas y rastrillos,... La historia, por conocida y recurrente no deja de ser menos alarmante en San Cremenzo de O Ézaro.

Ayer el séptimo incendio de las últimas semanas dejó un nuevo alpendre con el tejado destruido y toneladas de forraje seco para los animales echadas a perder.

La voz de alarma se dio poco después de las 18.00 horas y minutos después ya estaban en la zona agricultores y ganaderos, incluso de las aldeas vecinas, para echar una mano para extinguir el fuego junto con los bomberos.

La tarea, como en las ocasiones anteriores, no fue sencilla, incluso se presentó más complicada puesto que esta vez las palas de los tractores no tenían buen acceso al lugar y hubo que hacer prácticamente todo el trabajo con medios manuales. Eso sí, la cantidad de hierba almacenada tampoco era tanta como en los otros casos y, con las mangueras, sus propias herramientas y mucho esfuerzo, al filo de las 21.00 horas tenían despejada la zona.

Eso sí, las consecuencias ayer pudieron ser todavía más graves, dado que la barra en la que se almacenaba el alimento del ganado está literalmente pegada a la vivienda de la familia propietaria. Sin embargo, los gruesos muros de piedra y la actuación de todos los que trabajaron en las labores para sofocar las llamas evitaron que se produjesen más daños que el de las planchas de fibrocemento del tejado que saltaron prácticamente todas en pedazos debido a las altas temperaturas.

Vieron al sospechoso

Además, en esta ocasión, como ya había ocurrido antes, algunos testigos vieron al vecino que todos señalan como responsable en las inmediaciones del cobertizo. Sin embargo, nadie pudo corroborar de manera efectiva que fuese él quien provocó el fuego, aunque la simple presencia pudiese resultar significativa, puesto que la casa y el alpendre se encuentra entre las dos propiedades anteriormente afectadas y solo hay dos accesos estrechos -uno de ellos por el que solo se pasa andando-, que convierten en muy sospechosa la presencia allí de alguien ajeno a la vivienda y la explotación.

Como todos estos últimos días, la Guardia Civil volvió a hacer acto de presencia en el lugar, pero el problema, tal como salta a la vista, sigue sin resolver. De ahí que las quejas de los vecinos se volviesen a reiterar ayer. «Non pode ser que unha persoa soa teña así a todo un vecindario», criticaba uno de los participantes en las tareas de limpieza, mientras otros se preguntaban si es que la Justicia para ellos no existe.

Incluso un responsable de emergencias aventuraba que no se tomarán verdaderas medidas para paliar la situación hasta que «pase algo verdadeiramente grave» ya que ahora los residentes ya temen que cualquier día el fuego llegue a una casa y deje víctimas personales.