El Concello de Corcubión ha iniciado esta semana su proyecto piloto para determinar si resulta adecuado o no peatonalizar algunas zonas del casco histórico, concretamente en esta primera fase el entorno del parque infantil, por la elevada presencia de niños, y la calle Antonio Porrúa, donde se concentran negocios de hostelería con terrazas y donde los problemas por los vehículos mal estacionados son recurrentes.
Tal como preveía el Ayuntamiento, el plan ya ha suscitado algunas críticas de los vecinos, expresadas también en las redes sociales, pero, como explica el teniente de alcalde, Manuel Insua, todos los afectados directos han sido informados previamente y únicamente se ha presentado una queja formal, que quedó aclarada después de que el regidor, Francisco Javier Lema, le llamase por teléfono al interesado y le diese las explicaciones oportunas. «Estas cousas sempre traen certa polémica, o que me sorprende un pouco é que se queixe xente á que non lle afecta para nada. En Santiago, e sobre todo en Pontevedra, que é onde teñen máis espacios peatonais, tamén houbo cristos, porque todos queremos chegar co coche á porta, pero vai ahora ti dicirlles que lle quitas iso», apunta Insua, quien defiende el valor que tienen estos espacios sobre todo para los comerciantes.
Entre las críticas también destacan las de la portavoz del PP, Gema Freire, cuyo grupo se abstuvo a la hora de apoyar el proyecto impulsado por el gobierno del PSOE y por el BNG. Considera que las señales utilizadas son demasiado invasivas para la estética del casco histórico y que no se entiende que, si se trata de «un experimento» provisional para ver la respuesta de los vecinos, como dijo el alcalde, por qué se colocaron bolardos fijos en algunos puntos. A su juicio, es una propuesta que está generando mucho rechazo.