La romería de septiembre será fuera de la iglesia de A Barca

Juan v. lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

ANA GARCÍA

Las obras avanzan según lo previsto, pero es imposible acabarlas antes

20 jul 2014 . Actualizado a las 07:10 h.

Por si quedaba alguna duda, la dirección de obra -que lleva el estudio K2C Arquitectas-, se ha encargado de despejarlas. Resulta materialmente imposible acabar los trabajos en el santuario de A Barca de Muxía, para que pueda celebrarse dentro los oficios de la romería de septiembre. La propia organización de las actuaciones ya se ha hecho pensando en la procesión y en el resto de actividades que sí se podrán llevar a cabo en el entorno de basílica, con todas las medidas de seguridad. «La única diferencia es que la gente en lugar de ver la iglesia y las torres, como estaba acostumbrada, este año verá los andamios y la grúa, que, evidentemente, no es una imagen tan bonita. Nosotros lo que hicimos, ya pensando en la romería, fue situar el punto de acopio en la zona de la huerta y la grúa, que teníamos pensado ponerla en la parte sur, la movimos al otro lado», detalla Carmen García, que junto a su socia, Carmen Rey, redactó el proyecto y dirige la obra.

El veto a que los fieles puedan acceder a la iglesia no significa que los trabajos vayan con retraso. De hecho siguen el cronograma previsto y tanto la arquitecta como los responsables de la constructora están totalmente convencidos de que acabarán en los seis meses que le dieron de plazo de ejecución. «A lo mejor parece que no avanzamos, porque al principio la colocación de los andamios y todo eso lleva mucho tiempo, pero ahora ya los tenemos puestos tanto en el interior como en el exterior, lo que nos da mucha libertad de movimientos para trabajar», añade Rey. Además de el andamiaje, los operarios de Cabero Edificaciones terminaron el desescombro en la bóveda y la sacristía, la limpieza de los paramentos interiores y están terminando de consolidar los muretes de la cubierta, pese a que el tiempo no les ha acompañado demasiado, lo que, en parte les llevó a centrarse en los trabajos interiores, a la espera de que la situación mejore.

Más daño del previsto

Aunque en términos generales la situación de A Barca es la que ya habían previsto las arquitectas en sus informes y en el proyecto, como dice Carmen Rey, en rehabilitación siempre hay sorpresas, de ahí la importancia de contar con una empresa especializada capaz de ofrecer soluciones a los retos que se van presentado. En este caso, la principal variación tenía que ver con el estado de la piedra en la zona de la sacristía. «Después del lavado parecía que no habíamos hecho nada. Seguía igual de negra, por lo que tuvimos que aplicar otras soluciones para que quedase bien, aunque no hay problema, ellos proponen cosas, nosotras también y nos entendemos perfectamente», concluye la arquitecta, quien adelanta que ahora el principal cambio en las obras se verá a partir de los primeros días del mes de agosto. Esas son las fechas previstas para que lleguen las cerchas y el resto del entramado de madera, que solo hay que ensamblar y fijar en el sitio.