La insoportable levedad de Zaira

Ramón Vigo

CARBALLO

20 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Recientemente, critiqué en Radio Voz la negligente actitud y la incapacidad de la alcaldesa para las funciones que tiene encomendadas y que nadie le obligó a asumir. Ella tiró del manual del partido y sin que nadie le preguntase por ello, nos habló de que había una gran deuda en el Concello cuando accedió al cargo, lo cual es mentira, la deuda es mucho mayor ahora. Doña Zaira, haciendo escaso uso de los básicos conocimientos de economía que se le suponen por su condición de socióloga, no distingue lo que es déficit,  importante al final de mi mandato, de lo que es deuda, que es mayor ahora. Le habló al estupefacto locutor de que iba a rematar la casa de la cultura, remodelar la plaza de la Constitución y que las parroquias están ahora mejor atendidas. Para rizar el rizo, hubo periodistas que malinterpretaron las palabras de la alcaldesa cuando dijo que yo veía nublado al salir de los chiringuitos, pensando que me estaba catalogando de beodo. Nada más lejos de su intención,  lo decía porque sabe que soy miope, y a ese defecto visual achaca que vea a nuestro pueblo hecho unos zorros, al igual que una inmensa mayoría de ciudadanos.

El otro tema de la entrevista versó sobre la espantada de los feriantes en la fiesta de San Cristóbal, que relacionó con la ausencia de documentos relativos a la seguridad de los aparatos por parte de algún feriante. Aunque en algún caso pudiese ser así, la realidad fue que la alcaldesa les quiso cobrar el uso de la vía pública, a mayores del precio que tenían pactado con la comisión. Ningún alcalde de Cee de los que conoció la democracia hubiera permitido que las fiestas l se celebrasen sin atracciones y que la alcaldesa se comportase como Herodes con los niños de Cee.

Todo este desaguisado es fruto de su inacción e incapacidad, no podemos olvidar que, a pesar de su formación y de sus cuarenta años, es la única alcaldesa en la historia de Cee cuya única actividad laboral conocida es la de Concejala de Servicios Sociales, por la generosidad de Antonio Domínguez, y la de alcaldesa de Cee por la locura de los ex concejales del BNG. Bueno, es verdad, que entre ambas actividades sirvió tazas y lupandadas en el chiringuito de papá, taberna donde nunca entra la niebla.