Las playas de Carballo estrenan bandera azul, ordenanza de uso y un control ambiental

carballo / la voz

CARBALLO

Las playas de As Saíñas (en la imagen) y la de Pedra do Sal son las que tienen la bandera azul.
Las playas de As Saíñas (en la imagen) y la de Pedra do Sal son las que tienen la bandera azul.

13 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las playas de As Saíñas y A Pedra do Sal, en Carballo, estrenaron ayer bandera azul. También un sistema de control ambiental y, en la práctica, la ordenanza de uso de los arenales, que entró en vigor en diciembre del año pasado, pero que cobra sentido solo en la temporada estival que, con este tiempo, ya se da por comenzada. No solo por eso: los socorristas ya están operativos, y son los primeros de la comarca en hacerlo.

El izado de las dos banderas se llevó a cabo ayer por la mañana. Es un ritual conocido, en el que las autoridades locales (el alcalde, Evencio Ferrero, y el concejal de Medio Ambiente, Marcos Trigo), además de responsables de Protección Civil y socorristas participan de manera conjunta.

Este año, la de Razo se ha quedado sin ella. Fue justo el día que se conoció la decisión de la Adeac cuando Trigo anunció que habían diseñado un riguroso sistema de control ambiental basado en la ISO 14001, mucho más exigente en los análisis que los que realizan los inspectores de las banderas.

Unos días después, en concreto el 20 de mayo, el portavoz del PP, Miguel Ferreiro, preguntó al alcalde en Radio Voz por el coste de ese sistema, que cifró en 13.300 euros. El alcalde defendió la calidad de las aguas y justificó el nuevo sistema de gestión, que obliga a seguir determinados protocolos en cada una de las actividades que se llevan a cabo. Son requisitos muy amplios y genéricos, en los que la información a los usuarios y la responsabilidad en el empleo tiene mucho que ver, pero que el menos marca unos mínimos para lograr ese estándar. La ordenanza también obliga a las buenas prácticas, con la diferencia de que su incumplimiento puede acarrear sanciones. Las más graves, de hasta 3.000 euros. Ese es el peor de los casos, pero antes están las leves (hasta 120 euros) y las graves (hasta 300).