ace un par de decenios se acuñó la expresión de los nuevos yacimientos de empleo, que nada tenía que ver con la arqueología ni con la minería; sino más bien con las nuevas realidades sociales y sus necesidades: atención a las personas, nuevas tecnologías, comercio de proximidad y servicios de medio ambiente. Suponían todos ellos oportunidades de inserción profesional. Todos conocemos acertadas iniciativas que se han puesto en marcha, aportando un nuevo modo de hacer o poniendo en valor una determinada experiencia profesional.
Si bien nuestra sociedad en lo relativo al empleo cada vez es más terciaria, no podemos obviar las oportunidades que ofrece el primario, con frecuencia poco valorado en una cultura rural en la que se asociaba progresar con buscarse la vida fuera del propio terruño.
Coincidiendo con la manifestación de la crisis se empezó a hablar de manera reiterada del emprendimiento y de la necesidad de enseñarlo desde la escuela y de hecho en la ESO una de las optativas que pueden ofrecer los centros es el Obradoiro de Iniciativas Emprendedoras. Esta materia estaría desenfocada si no estuviera orientada al conocimiento del medio, a descubrir sus potencialidades, pues con frecuencia nos sorprendemos de que tenemos demasiados recursos infravalorados, inexplorados o insuficientemente explotados.
El pasado fin de semana con motivo de la feria de La Ascensión, en una ciudad del norte de España se presentaba una exposición titulada El campo en la ciudad, una amalgama de iniciativas y de empleo a partir de los recursos del primario que iban desde la agricultura ecológica, a la transformación in situ de los productos del primario pasando por los huertos urbanos todo ello aderezado con la cultura y saber tradicional para consolidar una imagen de calidad.
Hay quienes piensan que trabajar en el primario solo es dedicarse a la ganadería, ignorando las variadas posibilidades que ofrecen otras actividades de producción, transformación o de servicios; o todo ello integrado. Para acertar en ello, plagiando al Cholo Simeone «si se cree y si se trabaja, se puede»; pero una cosa detrás de la otra.