Carballo y la pasión voluntaria por enseñar

CARBALLO

JOSE MANUEL CASAL

17 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La parroquia San Xoán Bautista de Carballo se ha ganado a pulso ser una referencia. La labor de Cáritas Interparroquial de Bergantiños es encomiable pero, al margen de esto, periódicamente se van estrenando nuevos servicios. Solo por recordar, dos: la pionera Escola de Formación do Voluntariado o el Fogar Dona Basilisa, que abrirá sus puertas el 4 de mayo. Existen además iniciativas que, por más que transcurran de forma callada y así quieren transcurrir, merecen toda la atención y una directa felicitación. Es el caso del llamado Proxecto Educativo. En las sencillas palabras de Fina Rey, la coordinadora, viene a ser un ayuda para el refuerzo educativo de niños con dificultades para alcanzar los objetivos mínimos en el colegio o instituto. Son pequeños de familias con un nivel socioeconómico bajo y lo que se busca, a largo plazo es la igualdad de oportunidades. Ellos tejerán todo el futuro.

Fina Rey, exdirectora del colegio Bergantiños y maestra jubilada desde el 2008, solo tiene palabras para el ideólogo de todo este proyecto, el párroco José García Gondar y, por supuesto, para todos los profesores que dan clase a los pequeños. «Sen eles, eu soa aquí non sería nada», cuenta. Y eles, actualmente, son Florida García, Ana Casais, Antonio Andreu, Miguel Gordillo, José María Martínez Casares, José Pico, Lorena Varela, Ángeles Santos, María Teresa Veiga y, por supuesto, la propia Fina. En función de sus especialidades ?aunque no todos, muchos son prejubilados de la educación? se reparten las materias. Hay una que los une a todos: la pasión por la enseñanza. Este año son 65 alumnos, prácticamente el doble de aquellos 34 que había en los pupitres el primer curso, el 2008-2009. Ellos han ido cambiando pero, recalca Fina, los maestros también fueron rotando. De este modo agradece a quien estuvo y ayudó, aunque ahora ya no esté, al menos no presencialmente.

El segundo año ya eran más de 50 niños el centro social. Las clases (hay aula de deberes, de estudio...) son de lunes a jueves, por la tarde, y, aunque al principio solo se dirigían a alumnos de secundaria, ahora también los hay de primaria. A quienes se ponen al frente de las explicaciones se les nota el gusto por su oficio en la confianza que han sabido crear en los niños, pero manteniendo un referente. A Andreu, por ejemplo, cuando entró en el aula (estaba convaleciente), algún alumno le dijo eufórico: «¡Aprobei matemáticas, aprobei matemáticas!». El porcentaje de logros conseguidos con estas clases es elevado y, de hecho, pese a que se ha intentado implantar en otras ciudades, no ha dado frutos. Se requiere constancia, dedicación. Ninguno se da importancia a la hora de explicar su papel allí, pero por citar un caso: José Pico es un profesor de Universidad prejubilado. Viaja desde A Coruña a Carballo expresamente para dar estas clases lunes y miércoles. Voluntariamente. Supo del proyecto, quiso conocerlo de primera mano y se quedó. Otro caso, el de Ángeles Santos: es de Lugo, aunque trabaja en Carballo. Su horario le ocupa hasta primera hora de la tarde y, teniendo esta relativamente libre ha decidido entregar sus horas. Lorena Varela es una licenciada en Derecho que, mientras se busca un hueco, también colabora.

Cada uno tiene su historia, y muchos llevan años vinculados a la capital de Bergantiños. Juntos, desarrollan un proyecto educativo que tiene como base la solidaridad, motor de los engranajes de la parroquia de San Xoán.