Matías tiene cinco años, graves problemas de salud y un montón de amigos en el colegio Eugenio López de Cee. Aún no los conoce aunque si todo va bien pronto podrá hacerlo, porque su madre, Milagros, y los responsables de la ANPA Uxío están trabajando en una cita para los próximos meses.
Por el momento, mientras él pelea todo lo que puede contra la leucomalacia periventicular - ese odioso mal que hace que a su cerebro le falta oxígeno y no le deja andar ni pensar tan rápido como los demás-, sus amigos recogen tapones, a cientos, miles, puede que incluso millones, porque ayer el dueño de la tienda Fogar llenó su camión con no menos de 70 sacos repletos hasta arriba y los llevó hasta Teo, al garaje que le prestaron a la familia de Matías para que los voluntarios colaboren en el reciclaje que, a la postre, servirá para pagar la carísima rehabilitación de la que no pueden hacerse cargo sus padres. Pero no están solos. El numeroso ejército de alumnos del Eugenio tiene detrás a sus propios padres, que entienden por lo que pasan los de Matías, y a medio Cee, desde el hospital a los bares, pasando por el mercado y por todas las tiendas en las que están colgadas los carteles con la causa y con el 2080 0719 04 3000023036, la cuenta de Novagalicia Banco a nombre de Matías Rey Mourelle en la que el que no tenga tapones también puede ayudar.
Gracias a todo este apoyo y que las bolsas de roscas de plástico que había desperdigadas por las casas se concentraron en el colegio cuando lo pidieron los de la ANPA, ya no es la primera vez que se llena un camión. En septiembre fue otro y, si todo sigue igual, pronto podrán juntar un cargamento que, como ayer, deje a Milagros sorprendida y agradecida.
causa solidaria