La Policía maneja esta y otras hipótesis para seguir el rastro de Ramón Smits Álvarez, del que se desconoce su paradero desde el jueves
16 oct 2013 . Actualizado a las 07:10 h.La Policía holandesa indaga si el concejal Ramón Smits Álvarez, concejal de la ciudad de Amersfoort de origen carballés, se encuentra en Galicia, por lo que ya están advertidas las fuerzas de seguridad españolas. Es una de las líneas de investigación abiertas para tratar de seguir el rastro del edil del Partido del Trabajo (el equivalente al Partido Socialista), desaparecido el jueves de su casa. Antes habían explorado la vía italia, en concreto la isla de Córcega.
Sin embargo, de los testimonios recabados por los agentes de su entorno más próximo, han recibido la información de que, hace años, en un viaje con amigos, pasó unos días en una especie de cabaña sin agua ni luz, en un lugar alto, y teóricamente no lejano a su parroquia de origen, Oza, en Carballo.
Son, de momento, conjeturas basadas en testimonios solventes, pero poco más. «É que non temos outra pista, están mirando por todos os lados, pero por este tamén», confesaba ayer su madre, Hermelinda Álvarez Lobera, también residente en Holanda, y desesperada por no tener noticias de su único hijo, un asesor financiero nacido en los Países Bajos en 1979, de padre holandés -ya fallecido- y joven promesa de su partido, uno de los candidatos a aspirar en el futuro a la alcaldía.
Hermelinda ruega a quien tenga alguna pista de su paradero que se ponga con contacto con la familia o con las fuerzas de seguridad. Al igual que su nuera, no entiende qué pudo haberle pasado. En realidad, nadie lo comprende. El propio alcalde de Amersfoort lanzó un mensaje en la televisión local de la región pidiéndole que, si lo estaba viendo, contactase con él y regresase.
Su madre expresa el desconsuelo en el que tanto ella como su nuera (Ramón está casado con una holandesa y tiene dos niños de 4 años y 9 meses) están sumidos.
Horas antes de que desapareciera, el jueves por la tarde, no dio ninguna señal de que le pasase algo. No se le conocían problemas y el ambiente familiar era muy bueno. Dejó una nota de despedida a su mujer, y el móvil en casa de su madre. En la mochila puso un pantalón y camisetas. De su cuenta del partido sacó 4.000 euros. La bicicleta estaba en la estación de tren, y ahí se le perdió la pista. En Carballo, ni sus familiares directos ni sus amigos saben nada. Están muy sorprendidos.