Casi 72 horas de fuego reducen a cenizas todo el Monte Pindo

Juan Ventura Lado Alvela
juan ventura Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Las llamas en las plantaciones de eucaliptos situadas al pie de algunas casas de O Ézaro llegaron a superar los diez metros de altura en los peores momentos.
Las llamas en las plantaciones de eucaliptos situadas al pie de algunas casas de O Ézaro llegaron a superar los diez metros de altura en los peores momentos. ana garcía< / span>

Vecinos y autoridades reclaman medidas para regenerar el ecosistema

15 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Casi 72 horas de fuego ininterrumpido, hasta que ayer a las seis de la tarde la Xunta dio el incendio del Monte Pindo por controlado, dejaron tras de sí un rastro de devastación, que además de las 2.200 hectáreas calcinadas, pusieron en verdadero peligro primero las casas de varias poblaciones de Carnota y Mazaricos y después las de O Ézaro, en Dumbría.

En total trabajaron en las labores de extinción dos técnicos, 57 agentes forestales, 102 brigadas, 51 motobombas, 13 helicópteros, ocho hidroaviones y una pala, además la Unidad Militar de Emergencias, bomberos de los parque comarcales, voluntarios de Protección Civil y cientos de vecinos que, en muchos casos, fueron los primeros en intentar alejar el fuego de sus casas.

Todo ese despliegue de medios que no se recordaba en la comarca desde los catastróficos incendios del 2006 sirvió básicamente para salvar las viviendas y el resto de construcciones de las zonas afectadas, porque en lo que se refiere al monte, de gran valor ecológico y paisajístico, quedó arrasado por completo.

A falta de inspecciones precisas que puedan determinar si hay algún área sin afectación, el rastro de carbón, ceniza y humo lo cubre absolutamente todo, desde el Alto da Moa hasta el mar, desde el embarcadero de O Ézaro a Caldebarcos.

Los vecinos no se explican como el fuego pudo volver a surgir con tanta fuerza el viernes por la tarde, cuando parecía prácticamente extinguido, aunque algunos de los residentes de más edad ven una posible causa. «No Pindo hay moitas covas, sitios nos que queda o lume e vai ardendo por baixo, aínda que a simple vista desde lonxe pareza que se apagou e despois eses focos volven a prender no resto», señalaba ayer un jubilado de O Ézaro.

Los alcaldes de los municipios afectados pasaron en vilo estos tres días y, sobre todo el de Carnota, que firmó la declaración de la asociación Monte Pindo para exigir la declaración de parque natural, se mostró especialmente crítico con el papel de la Xunta. También el de Dumbría, José Manuel Pequeño, que calificó lo sucedido de «catástrofe», instó a las Administraciones a «poñerse as pilas» para recuperar un entorno de gran valor turístico, además de patrimonial y ecológico.

El incendio más devastador de lo que va de verano en Galicia, que pese al trabajo realizado y a la ligera llovizna que cayó ayer por la tarde, sigue en el nivel dos de riesgo, ha vuelto a poner de manifiesto la situación de abandono en la que se encuentra buena parte del territorio forestal de la comarca. Aunque en las cotas más altas de O Pindo, por su propia naturaleza rocoso, la vegetación no era especialmente densa, en la ladera que baja hasta la cascada y se introduce en O Fieiro (Mazaricos) así como en algunas zonas de O Ézaro, la maleza lo cubría prácticamente todo. Las llamas, que cruzaron el río debido a una chispa que prendió en un eucalipto, llegaron a los 10 metros de altura y un agente forestal que trabajaba en la zona, al ver el estado del monte desde la carretera que atraviesa sobre la presa de Santa Uxía, calificaba la situación de animalada.