Un yate irrumpe en la concurrida playa de Malpica

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Varias personas colaboraron en el rescate
Varias personas colaboraron en el rescate ANA GARCIA

Los dos tripulantes salieron ilesos después de encallar el lujoso barco al detectar una vía de agua

30 ago 2013 . Actualizado a las 13:52 h.

Los bañistas de la playa de Area Maior en Malpica, que ayer por la tarde presentaba una consideraba afluencia, no acababan de dar crédito cuando vieron entrar en el arenal y, además a alta velocidad, al Abbie Louise, un lujoso yate de 18 metros de eslora por cuatro de manga que quedó embarrancado a escasos metros de la orilla.

A bordo venía su patrón, el británico Anthony Cryston Boulter, de 58 años, junto a Nita Doila, una mujer de origen rumano, de 30, que salieron ilesos pero seguían temblando del susto después de que los socorristas y el resto de participantes en el rescate los pusiesen a salvo.

Los dos turistas venían de Portugal e iban hacia A Coruña bordeando la costa. Doblaron el cabo Fisterra a las 14.45 y dos horas más tarde pasaron entre las Sisargas y San Adrián, pero a las 17.09 cambiaron bruscamente de rumbo en dirección a Malpica. Todo porque un golpe, probablemente contra las rocas del fondo, les abrió una vía de agua en el casco, lo que les hizo temer por su integridad.

Con el yate ya varado, la mujer se puso un chaleco y dos socorristas la ayudaron a salir del agua, mientras que el hombre, igual de nervioso, fue sacado también instantes después, y una vez restablecido volvió al barco para colaborar en las labores de recuperarlo.

Los propios equipos de emergencias, ayudados por varios surfistas, lograron clavar el ancla para fijar la embarcación a la espera de que llegase Salvamento. Una vez que arribó a la zona la patrullera de Sasemar, ataron el yate con un cabo y lo remolcaron al puerto malpicán, donde quedó amarrado a la espera de reparación.

En total fueron algo más de dos horas, entre las 19.15 y las 21.30, en las que las numerosas personas que se prestaron a ayudar prácticamente no pararon para atender al patrón, que únicamente presentaba una pequeña herida en la cabeza, como a su acompañante, que pasó especial miedo con lo sucedido.

«Estaban bastante asustados, pero realmente non lles pasou nada, e o barco por dentro tiña algo de auga e as cousas todas movidas de sitio pero danos importantes, tampouco», señaló Brais Ruibal, uno de los socorristas que colaboró en el rescate, que también se sorprendió por la cantidad de gente reunida «tanto na praia coma no paredón», para seguir la evolución del trabajo de los equipos de emergencias.