El cooperativismo agrario supone grandes beneficios

luis garcía

CARBALLO

Los integrantes de la expedición de Fonteboa, junto a una de las máquinas de la CUMA de La Croisière.
Los integrantes de la expedición de Fonteboa, junto a una de las máquinas de la CUMA de La Croisière.

Algunas CUMA francesas facturan más de 600.000 euros al año

22 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La CUMA de La Croisière, en la localidad francesa de La Bruiffieère, a pocos kilómetros del centro de Meslay, es la más grande del departamento de La Vendée, tanto por su facturación anual (650.000 euros), como por el número de máquinas y aperos (240). Las CUMA, cooperativas de utilización de maquinaria agrícola, existen formalmente en Francia desde 1945, a instancias de Tanguy Prigent, ministro de agricultura del presidente De Gaulle. La Vendée fue uno de los primeros departamentos donde la semilla de estas agrupaciones germinó con fuerza, dado que el campo ya estaba preparado y había una cultura imbuida en los valores de la ayuda mutua y solidaridad.

Con la idea de estas agrupaciones se trataba de mecanizar el campo francés sin endeudar las explotaciones agrícolas, sobre todo las familiares, en esos años de posguerra y de penuria alimentaria. Con la Ley de CUMA los agricultores franceses de entonces se habían comprometido a cambiar de época, pasando de las ayudas ocasionales a poner en común los medios de producción, aprovechando la llegada de los primeros tractores importados de Estados Unidos, a través del Plan Marshall.

Al día de hoy, hay más de 12.000 entidades de este tipo de Francia, integradas en la Federación Nacional. La Vendée, con cerca de 400, es el primer departamento en número de CUMA; todas ellas integradas en la Federation Departamentale, creada en 1970. El 70 % de los agricultores están asociados a una o varias.

La de La Croisière es el resultado de la fusión, en el 2010, de siete cooperativas que coexistían en el municipio. Guiados por criterios de sentido común y operatividad, se fusionaron. Trabajan 4.500 hectáreas de 58 explotaciones, todas las de la Bruffière.

En el caso de Galicia están reguladas desde finales de los noventa y tuvieron su arranque con el nuevo siglo. Cada año la Consellería de Medio Rural convoca ayudas para la adquisición de maquinaria en régimen cooperativo. Normalmente las subvenciones rondan el 30 % de la inversión. Dado que en la expedición de Fonteboa hay varios socios de CUMA, preguntan por las subvenciones. Los responsables de La Croisière responden que eso fue hace 30 años, que hoy solo se cuenta con alguna bonificación en los intereses de los préstamos, que quedan en torno al 2,5 %; este tipo de interés puede rebajarse si se reduce el plazo de amortización.

Recomiendan a los agricultores gallegos que aprovechen las subvenciones para equipar bien las explotaciones, pero aplicando criterios de racionalidad, pues inversiones mal pensadas y peor gestionadas serán un lastre para el funcionamiento futuro.

Los criterios de facturación de la CUMA a sus socios están basados en los costes horarios determinados para cada máquina. Analizados los costes horarios de las distintas tareas con los de las explotaciones gallegas se concluye que en las comarcas de la Costa da Morte, suponen casi el doble; esta circunstancia viene explicada por el minifundio y las pocas horas de trabajo de las máquinas que lastran la eficiencia de las máquinas.

Tras la visita, todo el grupo coincide en que las claves del buen funcionamiento de las CUMA pasan por la profesionalidad de los socios, el compromiso personal con la sociedad, todo ello sustentado en una buena base de formación, premisa necesaria para una buena gestión.

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