Las jornadas sobre los castros desmontan la historia oficial

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Los estudiosos dieron visiones alternativas sobre la época prerromana

30 sep 2012 . Actualizado a las 12:29 h.

Hacía más de seis años que en el noroeste peninsular no se celebraba un congreso centrado en las agrupaciones castreñas y los investigadores tenían muchas cosas que decir. La profusión de obra pública de los últimos años ha hecho que se disparara el número y la importancia de las excavaciones, lo que ha incrementado notablemente el conocimiento de los arqueólogos sobre la época prerromana.

Ayer no estuvo Alfredo González Ruibal, al que los investigadores consideran pionero en la nueva visión sobre los castros, pero sí Rafael Rodríguez, arqueólogo de la Diputación de Pontevedra, que desarrolló en solitario una ponencia que debía ser conjunto y en la que se desmontaron varios mitos sobre la época castreña. Uno de ellos es que no se trata de una cultura exclusiva de Galicia, ni siquiera de la zona noroccidental de la península. Así lo defendió Carlos Marín, de la Universidad Complutense de Madrid, cuya tesis doctoral levantó ampollas en Asturias, donde el nacionalismo también considera que los habitantes de los castros tenían una identidad política coincidente con la comunidad autónoma.

También hubo tiempo para reivindicaciones de otra índole. La arqueóloga Mónica Montero aprovechó que su ponencia sobre el estaño para comparar la minería romana, que tendía a explotar los territorios que iba invadiendo, con la actividad que la empresa canadiense Edgewater pretende realizar en Corcoesto, cuya riqueza aurífera era conocida desde muy antiguo.

Asimismo se desarrollaron ponencias mucho más técnicas, sobre todo las relacionadas con el paisaje y el aprovechamiento de los recursos forestales.

Manuela Costa Casais, del Instituto de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas abordó los cambios medioambientales que se dieron en el noroeste peninsular durante la Edad del Hierro y como los pobladores de la zona intervinieron en ellos, aunque también fue fundamental el clima. Explicó que el uso recurrente del fuego tuvo un efecto inmediato de la cubierta vegetal, lo que aceleró la erosión y fue la principal causa de esa diferencia del paisaje.

María Martín Seijo, del Grupo de Estudios para la Prehistoria de la Universidad de Santiago, por su parte, habló sobre la producción de combustibles y manufacturas a partir de la madera. La revisión de la información que presentó en la charla está avalada por una serie de análisis que se han realizado en yacimientos de la Edad del Hierro.