«Asociaciones de aficionados están impulsando pequeñas excavaciones»

Cristina Viu carballo / la voz

CARBALLO

29 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Xosé Lois Armada es investigador del Instituto de Ciencias do Patrimonio del Consello Superior de Investigaciones Científicas. Desarrolló un proyecto de investigación sobre los metales en la Edad de Hierro que financió la Xunta de Galicia y los resultados han cambiado sustancialmente la idea que había sobre los habitantes de los castros.

Gracias a pequeñas piezas de bronce que aparecieron en varios yacimientos gallegos y portugueses se ha podido conocer con detalle cómo eran los rituales religiosos del sacrificio de animales. Hasta el momento se intuían estas prácticas, pero ahora se sabe, por ejemplo, que «los torques de oro siempre los llevaban los hombres, pero no eran únicamente adornos personales. Se trata de un objeto más complejo». Xosé Lois Armada hace esta afirmación porque en todas las representaciones que han aparecido de los sacrificios aparece un caldero y un torque en la base, lo que indica que no se trataba de un adorno.

Los hallazgos también han permitido saber que en la Edad de Hierro cada población tenía sus propias características y que las comunidades eran completamente distintas unas de otras. A pesar de eso, en los rituales las similitudes son muy llamativas. Las representaciones en bronce de los sacrificios que han aparecido en yacimientos muy distantes entre sí son extraordinariamente parecidas, a pesar de que entre unos y otros poblados había hasta 200 kilómetros. En la cerámica y la construcción de casas las diferencias son muy notables.

Xosé Lois Armada defiende, a pesar de que existe un fuerte debate al respecto, que la orfebrería castreña es prerromana. Señala que se ha podido probar que ya en el siglo III antes de Cristo se utilizaban lingotes de oro. Hasta ahora se creía que este tipo de objetos comenzaron con la romanización, de hecho aún hay especialistas que continúan defendiendo esta teoría.

Divulgación

Para Xosé Lois Armada es fundamental que se divulguen los descubrimientos y se congratula de que se hayan organizado las jornadas de Vimianzo porque «hacía mucho tiempo que no nos reuníamos para hablar de los castros».

Destaca que se están haciendo algunos avances en este sentido y recuerda como el castro de Landín, en Curtis, fue excavado por el CSIC a propuesta de una comunidad de montes. Además se creó una fundación que se dedica a la protección y la promoción del yacimiento. Señala que «asociaciones de aficionados están impulsando pequeñas excavaciones». También denuncia que en los años ochenta y noventa estas acciones eran «realizadas únicamente por la Administración, totalmente al margen de la sociedad civil».