El Mercado das Rutas do Mar llenó la villa muxiana hasta la bandera
22 ene 2020 . Actualizado a las 17:11 h.Muxía se llenó hasta la bandera en la primera de las dos jornadas -acaba hoy- del Mercado das Rutas do Mar, una cita que ya está más que consolidada y que aporta la villa las características de un mercado medieval con todos los ingredientes de un municipio ligado al mar.
Las calles del centro se transformaron con el suelo cubierto de paja y decoración con banderolas y motivos marineros, y sobre todo se llenaron de puestos -más de un centenar- de los que buena parte -unos 70- son de vecinos del municipio, que se implican de principio a fin en la cita. Precisamente en ese aspecto ve el alcalde, Félix Porto, la clave del éxito de los dos días de fiesta, a los que hay que sumar la larga noche que comenzaba ayer y que se prolongaría, seguro, hasta bien entrada la madrugada.
El pregonero fue el muxián Fernando Carrera, quien repasó, porque la vivió en primera persona, la historia de Muxía desde el primer cuarto del siglo pasado, recordando los momentos más duros, los sinsabores de la guerra, el esplendor y declive del mundo de la pesca y el mundo de la política y sus cambios, desde los duros momentos de la dictadura hasta la actualidad. «Acabáronse os caciques», dijo el muxián, ataviado con una camiseta con las siglas en ruso de la antigua Unión Soviética y con una hoz y un martillo prendidos a la negra boina.
Los puestos de comida se llenaron hasta bien entrada la tarde. La niebla de la mañana no deslució la cita, animada por música y representaciones teatrales de todo tipo, incluido el paseo de un gran barco por las calles del casco urbano y las actuaciones del Fauno. Por la tarde hubo más teatro, incluida la representación de las Noites do prácido luar, el exitoso espectáculo nacido en O Couto (Ponteceso), que ayer no fue fácil de escuchar debido a la aglomeración de público.
El Mercado das Rutas do Mar continúa hoy con actividades de todo tipo y, previsiblemente, con más expectación todavía. La fiesta rematará a las diez y media con una degustación de pescado, gratuita, para todos.
La de Muxía no fue la única fiesta de inspiración medieval celebrada ayer. La parroquia cabanesa de Riobó volvió a acoger la recreación de una Tarde-noite no medievo, cuya principal característica es que toda la ambientación y la organización la realizan los habitantes del lugar. A las diez, cientos de personas daban buena cuenta del churrasco y de las demás viandas preparadas por los vecinos, que durante las horas previas habían disfrutado con las actuaciones, las exhibiciones y, sobre todo, la Prevoda Medieval, una vistosa ceremonia en la que este año se unieron la laxense Noelia y el carballés Miguel.