La caseta del faro enfrenta al BNG con el secretario del Concello de Fisterra

cee / la voz

CARBALLO

Los nacionalistas atacaron el proceso de adjudicación de los puntos de venta

08 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El pleno de ayer en Fisterra se convirtió en una especie de partido de tenis entre el portavoz del BNG y el secretario de la corporación, José Ramón Lema, más cuestionado por Modesto Fraga que el alcalde. El calentón empezó ya con las actas, que no apoyaron los nacionalistas, porque en ellas no se recogía en boca del edil Ramón Redonda una frase dicha por él en un pleno anterior, en la que apuntaba que Fraga habría pedido en su día una dedicación exclusiva y dos azafatas para apoyar un posible pacto. El acta recogía ahora que Fraga había dicho que Redonda había expresado eso, pero no directamente que el edil lo dijera.

La tensión subiría después en el debate sobre la aprobación definitiva de la adjudicación de la caseta del faro para tienda de recuerdos a Silvia Martínez Fernández. El problema surgió cuando la adjudicataria mostró su deseo de renunciar a una parte de la concesión -son dos puntos de venta-, lo que según los nacionalistas debería suponer que el siguiente aspirante con mayor puntuación -Ana Belén Senlle Moure- se hiciera con el puesto. Seguramente así será, pero el secretario apuntó que no será un hecho automático, sino que antes habrá que convocar de nuevo la mesa de contratación, un paso que se debería obviar, dijo Fraga, y el otro edil del BNG, Germán Martínez, apuntó que en eso se había quedado en la primera mesa, cuando el representante de la Diputación, Felipe Senén, dijo que en caso de renuncia del adjudicatario se pasase al siguiente.

El debate sobre la legalidad o no del proceso administrativo se extendió en el tiempo hasta que de nuevo Ramón Redonda subió el tono del pleno: «Vostede está a defender a un familiar seu», le espetó a Fraga. «O único que mete aquí aos fillos e netos no Concello é vostede», le devolvió el nacionalista. La pugna subió de volumen hasta que el alcalde amenazó con expulsarlos a los dos.

El PSOE sugirió también que no se convocase nueva mesa y entrara el segundo, una propuesta que tumbó el PP. Como fondo del asunto, las dudas de los nacionalistas sobre la posibilidad de que el gobierno local planease darle la caseta restante a una empresa distinta de la segunda clasificada.

El gobierno local aprobó finalmente su propuesta de adjudicación definitiva y de convocar de nuevo a la mesa. Según el secretario, «lógicamente», la caseta será para la segunda mejor oferta.