Las especialidades han de adaptarse a la realidad local

Luis García

FIRMAS

26 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Con frecuencia, al hablar de formación se restringe esta a la etapa de escolarización reglada: enseñanza obligatoria y pos obligatoria, pero, de unos años a esta parte, cada vez se contemplan más las oportunidades y las posibilidades que ofrecen la formación continua y ocupacional, siguiendo las directrices marcadas por las circunstancias del momento: movilidad profesional, adquisición de nuevas competencias y necesidad de la puesta al día.

La finalidad de las acciones formativas debe ser la capacitación para el desempeño cualificado de una profesión, el acceso al empleo y la participación activa en la vida social, cultural y económica. En la coyuntura actual todo ello se revela más acuciante, dadas las elevadas tasas de desempleo y de precariedad. No son tiempos de acomodarse, sino de capacitarse para mejorar la competencia profesional.

Formación y capacidad

Si la información es poder y si la educación es conocimiento, la formación es capacidad, y ser considerada como una inversión y no como un gasto. Pero las propuestas formativas deben estar en consonancia con las potencialidades reales del territorio, pues de lo contrario las inversiones resultarían poco eficientes y frustrantes para las personas que, una vez realizado el itinerario formativo, no encontrarían la ansiada expectativa de inserción laboral. De ser así, habría que revisar las prioridades establecidas para cada una de las comarcas. Sorprende la escasa oferta de las especialidades agrarias en la A Costa da Morte en la reciente convocatoria de la Consellería de Traballo e Benestar para la programación de acciones formativas de este año.

Los programas no pueden diseñarse en abstracto, ni desde el pensamiento único. Deben pensarse desde la realidad local y desde la perspectiva de la persona destinataria. Y al margen de la especialidad, uno de los postulados de partida debería ser que los jóvenes que residen en el medio rural aprendan las claves para gestionar una empresa y así convertir los medios de producción y las estructuras agrarias en pequeñas unidades empresariales.