La carretera que une Meirama y la A-6 costó 7 millones más de lo previsto

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Los 15,7 kilómetros de la AC-523 supusieron un desembolso de 17 millones de euros María José Caride reconoce que quedan algunos flecos que?se resolverán?«pouco a pouco»

10 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?l alcalde de Cerceda, José García Liñares, estaba ayer más contento de lo habitual. Y no lo ocultó. «Hoxe é un día grande para Cerceda», aseguró el regidor cuando la conselleira de Política Territorial, María José Caride, dio por inaugurada la nueva AC-523, que une Meirama con la autovía A-6. Atrás quedan cuarenta meses de obras -tenía que haberse estrenado en el 2006, aunque el proyecto comenzó a fraguarse en el 2002-, demasiados contratiempos -problemas de desprendimientos, enormes grietas cuando la obra estaba casi acabada y protestas vecinales- y un presupuesto final de 17 millones de euros -2,5 se destinaron a expropiaciones-, siete más de los inicialmente previstos. Por delante, «algúns flecos que se irán correxindo», según García Liñares, y «unha estrada que mellorará a calidade de vida e a seguridade dos veciños», según la conselleira. «Para Cerceda é fundamental e só por isto xa paga a pena ser alcalde», añadió García Liñares, ante el asentimiento del regidor de Culleredo, Julio Sacristán, otro de los grandes beneficiados por la nueva vía. «Hai doce anos, cando empecei como alcalde, o meu obxectivo era o de vertebrar o Concello, algo que esta estrada fai posible», explicó García Liñares, quien aseguró que la nueva AC-523 «pon a Cerceda no mapa». La carretera, que tiene una longitud total de 15,7 kilómetros quedó ayer abierta en su totalidad, justo después de la inauguración, cuando los operarios retiraron las vallas que mantenían cerrado el tramo de O Corgo (A Laracha), en el que Política Territorial ha tendido que realizar un relleno de contención de más de 200.000 metros cúbicos de tierra. «O proxecto primitivo era moi deficiente, pero, afortunadamente, cambiose sobre a marcha», destacó Julio Sacristán, quien coincidió con García Liñares e incluso con la responsable de Política Territorial al afirmar que «quedan detalles menores por solucionar, pero arranxaránse co tempo». El responsable de la obra, aseguró que, sobre todo, «se ha buscado la máxima seguridad vial». Por eso, dijo, la vía dispone de 9 kilómetros de carriles para tráfico lento y 20 kilómetros de vías de servicio. «A estrada articúlase como eixo de comunicación que dará servizo a todos os tráficos xerados na zona industrial de Cerceda que, a partires de agora, dispoñen dun acceso cómodo cara a autovía do Noroeste», asegura la nota oficial de Política Territorial, en la que añaden que «o enlace de Culleredo permitirá distribuír os fluxos de circulación tanto cara a cidade de A Coruña como cara a Santiago». La AC-523 también supone el inicio del eje que unirá la A-6 con Muros, que continuará con la reforma de los 18 kilómetros del trecho Bazar (Santa Comba)-A Silva, que ya comenzó el mes pasado. En definitiva, una obra que, en opinión de todos los presentes en la inauguración, acerca un poco más a A Coruña y Cerceda. Pero no lo suficiente. Por eso, García Liñares no dudó en hacer gala de su fama de pedichón . Allanó el camino agradeciendo la labor de Política Territorial, no sólo la de María José Caride, «que lle deu un forte impulso», sino también el apoyo de «Cuíña e Núñez Feijoo», con los que dijo, no tuvo ningún problema. Una vez dadas las gracias, el alcalde cercedense instó a la conselleira a que su departamento agilice «ao máximo» las obras de la tercera ronda de A Coruña, una vía que, dijo, «poñerá a Cerceda máis preto de todo». Y ya puestos, el regidor acabó con un deseo para la conselleira: «Gustaríame vela por aquí moitas veces, inaugurando moitas cousas. O seu éxito será o noso éxito».