Destrozan cinco nidos de píllara en Coroso que contenían 15 huevos

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Los vándalos se enfrentan a un delito, ya que se trata de una especie protegida

11 may 2017 . Actualizado a las 21:27 h.

Cinco nidos de píllara de las dunas, ave conocida como chorlitejo patinegro, fueron destrozados durante la noche del martes en la playa ribeirense de Coroso. Los mismos se encontraban balizados y rodeados por una malla protectora, colocada hace semanas por los profesionales de Medio Ambiente, que buscaban que los pájaros pudiesen anidar en el arenal. En total, había 15 huevos a punto de eclosionar, tres por nido, que también desaparecieron.

Esta ave, que está considerada como especie vulnerable, grado que precede al de animal en peligro de extinción, está protegida a nivel europeo, nacional y autonómico. Destrozar su hábitat, robar sus huevos o manipular los nidos está considerado como delito, lo que podría conllevar penas de prisión, multas que podrían superar los 6.000 euros por nido o la obligación de recuperar el espacio natural que ha sido destrozado.

La profesional del departamento de Zooloxía de la USC María Vidal, que lleva años trabajando en la conservación de la píllara, fue la encargada de denunciar los hechos ante la Policía Local de Ribeira, el Seprona y la Consellería de Medio Ambiente. «Lo hicieron para hacer daño y de forma premeditada. Había seis parcelas balizadas y solo destrozaron las cinco en las que había huevos», apuntó la experta.

Los trabajos para la protección del chorlitejo arrancaron en 2010 y, hasta el momento, no se había dado una situación así. Solo hubo problemas al inicio. El primer nido que se encontró también se balizó, pero el material fue robado. «Creemos que lo hicieron por la madera en sí. Aún ni había salido el decreto de protección», apuntó Vidal.

Ribeira, clave

De las 80 parejas de píllara que quedan en Galicia, más del 21 % del total se encuentran en Ribeira. En Coroso hay nueve, mientras otras ocho están en el parque natural de Corrubedo. El arenal urbano es el punto favorito de esta ave: «Está destacando como uno de los núcleos reproductores más importantes a nivel autonómico. La eclosión es muy buena y se ha incrementado con el tiempo el número de parejas», afirmó la experta de la USC.

A pesar de que se trata de un punto por el que pasan cientos de ribeirenses cada semana, Vidal reconoce que nunca han tenido que mediar con ningún vecino: «Hasta ahora siempre se ha respetado muchísimo. No pasa lo mismo en otras playas, en las que dejan campar a sus anchas a los perros».

La noticia también sentó como un jarro de agua fría en la asociación naturalista barbanzana Axena. «A situación é gravísima. Se a persoa que os levou aínda os conserva pedímoslle que os devolva ás autoridades. Que o fagan polo ben da especie, xa que precisan un coidado especial. Nós seguiremos divulgando para que se siga respectando e que se eviten actos coma este», apuntaron desde la entidad.

El chorlitejo repite la puesta, aunque la supervivencia de la segunda camada es muy improbable

Los expertos apuntan que el chorlitejo patinegro repite nidificación cuando pierde una puesta. Sin embargo, la profesional María Vidal reconoce que, a estas alturas de año, es muy complicado que los huevos lleguen a sobrevivir. «Vamos avanzando en la temporada estival y las playas empiezan a llenarse de gente. Esto hace que los animales tengan muy pocas probabilidades de éxito. Suelen morir de hambre. Una vez que eclosionan, si se encuentran personas, no salen del nido, lo que les impide alimentarse», apuntó la bióloga.

La temporada de cría arranca en marzo, y los meses de abril y mayo son perfectos para que los polluelos consigan valerse por sí mismos. Según las estimaciones de Vidal, las parejas necesitarían una semana para volver a poner. Una vez que los huevos se encuentren en los nidos, se necesitan 30 días para que eclosionen y otros tantos para que alcancen la madurez. Tarea casi imposible, ya que sería a mediados de julio, cuando la playa registra el mayor número de bañistas.