Viejos escenarios que sobreviven al paso del tiempo y al olvido

Marta Gómez / J. M. Sande RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

M.?C.

En la comarca se conservan un puñado de estructuras en torno a las que antiguamente se celebraban las fiestas

24 ene 2017 . Actualizado a las 14:26 h.

Hubo un tiempo en el que las orquestas no se desplazaban en media docena de enormes tráileres ni contaban con escenarios del tamaño de un edificio de cuatro plantas. Hubo un tiempo en el que la música sonaba desde lo alto de unos palcos mucho más modestos, sin más altavoces que la acústica más o menos buena del lugar al que se subiesen los músicos, unas estructuras que, conforme se fue modernizando el mundillo de las verbenas, han ido languideciendo y, en muchos casos, han llegado a desaparecer. La noticia del derribo del palco situado en el Malecón de Ribeira ha devuelto a la palestra este tipo de instalaciones, de las que se conservan unos cuantos ejemplos en la comarca.

Uno de los más vistosos es el de la Alameda de Noia, que data de 1950 y que, pese al paso de los años, a la presencia de pintadas realizadas con espray y a los daños que presenta en alguno de sus pilares, se conserva razonablemente bien. A lo largo de las décadas se ha sometido en varias ocasiones a procesos de rehabilitación, el último en el 2005, y tanto la madera de la cubierta como la del techo están en buenas condiciones.

El noiés es el más reconocible, por su tamaño y por su situación en un punto emblemático de la villa, pero se conservan algunos más, un poco más modestos, eso sí. Es el caso del de O Curro da Praza de Muros, aunque ese no era su emplazamiento original. Allí se colocó cuando se remodeló ese espacio público, pero antiguamente estaba en la zona de la alameda, donde luego se construyó el centro de salud. Entonces de desmontó y así estuvo durante años, hasta que se decidió reubicarlo junto a la casa consistorial. Se conserva en buen estado, pero apenas tiene uso.

Lo mismo ocurre con el palco de la música situado en el lugar de Santa Lucía, en la parroquia rianxeira de Asados. En sus tiempos, la festividad en honor de la patrona de los invidentes era una gran celebración que atraía a gente de todo el municipio, y aunque hace unos años se intentó recuperarla y el palco volvió a utilizarse para el pregón y algunas actuaciones musicales, en los últimos años ha ido a menos.

Estructura restaurada

A muchos habituales de la romería de San Ramón de Bealo les sorprenderá saber que hay un palco de piedra a escasos metros de la capilla que posiblemente muchos no habrán visto. El 31 de agosto la estructura queda oculta por los puestos y atracciones de feria que acuden a la zona, pero el resto del año es perfectamente accesible.

Este es otro ejemplo de palco recuperado y trasladado de lugar. Antes estaba en el campo de la fiesta y, después de que una mimosa lo derribase, se decidió reconstruirlo donde está ahora.