Hace unas dos semanas, José Luis Ramos y Josefa Rivas pusieron una denuncia porque los ladrones les habían sustraído parte de la carpintería metálica de la fachada de su casa y, ayer, tuvieron que regresar a la comisaría de Ribeira porque los cacos no dudaron en llevarse lo que faltaba, dejando su propiedad sin puertas ni ventanas. Sustrajeron todos los elementos de aluminio, dejándose solo un tramo del pasamanos interior. Ayer por la tarde, acompañados del representante de una empresa, acudieron a la vivienda con las ideas claras: «Imos tapiar as xanelas con ladrillo». Ambos se mostraban resignados, especialmente por el hecho de que meses antes habían concertado la realización de unas obras de arreglo de la cubierta que están próximas a iniciarse: «A nosa intención é rehabilitar a casa pouco a pouco». Lo sucedido constituye un gasto con el que no contaban.
Fue una pariente de José Luis Ramos, que reside enfrente, la que les avisó. No viven en el inmueble, pero Josefa Rivas indica que acuden periódicamente: «Parece que os ladróns saben que vivendas teñen movemento e cales non». Su marido comenta que «hoxe en día, ter unha propiedade é un problema».
Como anécdota, Josefa Rivas explicó que los ladrones limpiaron una de las habitaciones de la planta baja, en la que debido a la humedad se había desprendido parcialmente el techo y los restos de escayola estaban dispersos por el suelo.
Claro que los intrusos también se hicieron, además de con el aluminio, con algunos muebles que se encontraban en la cocina y en otra estancia de la casa.