Gerentes de establecimientos señalan que el buen tiempo del último mes incentivó las compras, pero apuntan que los clientes controlan mucho el gasto
06 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«No se ve la alegría de otras épocas y no sé si volverá», así se expresa la empresaria ribeirense Ana Estévez cuando se le pregunta por la campaña primavera-verano y por la evolución de las rebajas, que cumplen su primera semana. En líneas generales, el sector comercial coincide en afirmar que los descuentos incentivan las ventas, pero manifiestan que, al menos por el momento, no puede hablarse ni mucho menos de recuperación. De hecho, algunos dueños de negocios indican que no observan en sus establecimientos la reactivación económica de la que tanto se habla últimamente.
El noiés Pablo Hermo, al igual que otros profesionales, explica que el buen tiempo de las últimas semanas ha ayudado a que las compras aumentasen. Dice que, en el caso de su cadena de tiendas locales se observa una ligera mejoría con respecto al pasado año, pero subraya: «No es un crecimiento gigante».
La mayoría de los comerciantes apuntan que la clientela busca aquellos artículos que necesita y procura, salvo excepciones, desembolsar la menor cantidad de dinero posible. Desde luego, su apreciación coincide con lo manifestado por varias mujeres que rebuscan en los aparadores de una tienda de moda. Explican que quieren aprovechar el comienzo de las rebajas para adquirir prendas que necesitan para «salir del paso» durante la temporada estival.
Suculentas gangas
Al recorrer establecimientos de Ribeira en los primeros días de las rebajas, lo cierto es que no se observa un gran movimiento y no será porque el sector no haya puesto de su parte tentando a los bolsillos con unas ofertas que pueden calificarse de impresionantes. Las deducciones del 50% sobre el precio original de prendas de temporada se anuncian en buena parte de los escaparates, pero algunos negocios van más allá y sitúan el descuento en el 70%.
Pueden encontrarse auténticas gangas y, por ejemplo, bolsos que superaban los cien euros se comercializan ahora a ochenta. Lo mismo sucede con las prendas de vestir aunque, eso sí, la rebaja es mayor en aquellos artículos que son propiamente veraniegos, mientras que los que pueden utilizarse en diversas épocas del año tienen unos precios más ajustados.
Para los comercios es una buena oportunidad de sacar mercancía de sus almacenes porque, como comentan los profesionales, acaban de pagar facturas y, como puede ya verse en muchas tiendas, los pedidos de la campaña de otoño empiezan a copar estanterías.
Los empresarios dicen que se ven forzados a realizar ofertas cada vez con mayor frecuencia
La ley de comercio aprobada hace un par de años permite realizar ofertas en cualquier momento y, aunque la mayoría de los negocios continúan manteniendo la tradición de hacer rebajas tras las fiestas Navideñas y a partir de julio, lo cierto es que, poco a poco, los descuentos son cada vez más habituales. De hecho, muchos empresarios reconocen que, en cierto sentido, se ven forzados a implantarlos de manera periódica porque los clientes los demandan y los buscan.
Un ejemplo de esto pudo observarse a finales de junio, cuando en muchos escaparates podían verse grandes letreros anunciando «prerebajas». Pablo Hermo, por ejemplo, señala que en su cadena enlazaron las noites abertas de Ribeira y Boiro con una campaña de descuentos que finalizó cuando, el pasado miércoles, iniciaron la campaña oficial de rebajas.