Los investigadores toman Sálvora

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

MARCOS CREO

Un equipo de la Universidade de Santiago analiza sobre el terreno la repercusión del aumento de las temperaturas en el crecimiento de la uña de gato, una especie invasora muy extendida

27 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

estudio sobre cambio climático

En un espacio acotado de Sálvora, al margen de los recorridos guiados y de los intrusos, un equipo de la Universidade de Santiago de Compostela ha instalado sus llamativos equipos para estudiar las especies invasoras y, concretamente, la uña de gato. El grupo se desplazó el pasado miércoles al archipiélago con parte del material que emplearán. En la zona reservada para ellos por los responsables del Parque Nacional Illas Atlánticas, los profesionales llenaron el terreno de conducciones y, en breve, colocarán cámaras de crecimiento equipadas con sensores.

Se trata de un trabajo que la Universidade de Santiago desarrolla conjuntamente con la de Vigo y que tiene una doble vertiente. Por una parte, examinar la expansión de la uña de gato y, por otra, analizar en qué medida, su crecimiento puede verse favorecido por el aumento de las temperaturas debido al cambio climático.

Óptimas condiciones

Uno de los integrantes del equipo, Rubén Retuerto, explica que Sálvora reúne las condiciones óptimas para llevar a cabo este trabajo. Indica que la uña de gato es una especie muy agresiva; perniciosa porque debilita los suelos e impide el arraigamiento de especies autóctonas. Retuerto subraya que está muy extendida, especialmente en sistemas dunares costeros de Galicia, pero que también «ha invadido zonas del norte y el sur».

El investigador comenta que hay ejemplares en Sálvora, aunque en el caso de la isla la situación está controlada porque, debido al escaso tamaño del territorio, es posible arrancarla mecánicamente. Sin embargo, eso no sucede en otros lugares. Por eso, Rubén Retuerto precisa: «Estamos usando las condiciones que hay en Sálvora para ver las consecuencias que la expansión de la uña de gato puede tener en otros ambientes».

La elección de la isla ribeirense como base de operaciones se debe a que, como subraya Retuerto, «nadie va a alterar la zona de trabajo». El investigador manifiesta que no existen otros lugares similares. La isla tiene la gran ventaja de que la presencia de personas está totalmente controlada, por lo que hay garantías de que los equipos no van a desaparecer ni van a terminar destrozados por un acto vandálico.

Además, las condiciones climáticas son las mismas que en otros puntos en los que también se ha reproducido la uña de gato y, por lo tanto, es factible realizar el seguimiento y obtener las conclusiones necesarias sin que el trabajo del equipo se vea entorpecido.

Sálvora posee varias áreas reservadas. Los investigadores que quieren realizar su actividad en este territorio deben ponerse en contacto con el Parque Nacional illas Atlánticas y exponer el trabajo a desarrollar, la duración del mismo y sus necesidades para ejecutarlo. Es la dirección la que se encarga de acotar el espacio y de controlar cuándo acuden los diferentes equipos.

El hecho de que se trate de un espacio con un excelente nivel de conservación también favorece que actualmente se haya convertido en uno de los lugares preferidos por los investigadores.

Esta circunstancia lleva a plantear la necesidad, posiblemente en un futuro no muy lejano, de habilitar algún lugar que permita pernoctar a los investigadores. Actualmente, algunos lo hacen en el pazo, cuya planta baja alberga un museo, pero el espacio es reducido.