El desahucio sobrevuela a los jubilados de Rianxo

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIANXO / LA VOZ

RIANXO

CARMELA QUEIJEIRO

Mantener la sede del club de pensionistas cuesta a la entidad cerca de 8.000 euros al año, algo inasumible»

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El desahucio sobrevuela a los mayores de Rianxo. El local que desde hace años ocupa el Club de Pensionistas e Xubilados en el edificio de la cofradía está empezando a suponer una carga económica «inasumible» para el pósito, desde el que se niegan a seguir asumiendo los costes que le genera.

«Ao facer a ampliación da lonxa, fíxose unha revisión do canon de ocupación que temos que pagar a Portos e, por ter o centro da terceira idade, retiráronnos a bonificación do 90% que tiñamos ata o de agora», explica el patrón mayor rianxeiro. Miguel Ángel Iglesias ha hecho las cuentas y a la cofradía mantener el local del club de jubilados le cuesta más de 7.000 euros al año.

En el 2015 pagaron casi 4.000 euros más por ello, cuenta, porque el cambio de usos se realizó a mitad de año. «E cos gastos de luz e de auga poríamos fácil nos 8.000», añade. «Nós non queremos botar aos maiores, pero non podemos estar pagando estas cantidades cos tempos que corren», continúa Iglesias, quien ha propuesto al Ayuntamiento y al propio club que asuman los gastos de ocupación para que puedan mantenerse la sede o buscar una nueva. Además, han remitido ya varios escritos a Portos para que intervenga y que «force o desafiuzamento, se é necesario».

El gobierno local no está por la labor. Sí se han agilizado los trámites para abrir cuanto antes el centro para mayores en el Liceo, pero en todo caso sería una alternativa para que tengan un local en donde pasar sus días.

¿Y ellos qué opinan? Muchos de los jubilados no están dispuestos a moverse de allí. Dicen que sería una incomodidad desplazarse todos los días hasta el Liceo, aunque esperan confiados, entre una partida de cartas y la siguiente, que todo se quede en agua de borrajas, como ya sucedió hace unos años. «Nunca choveu que non escampara», sentenciaba uno de ellos sin levantar los ojos del tapete.