Bienvenida llena de sonrisas y llantos

S. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

La AMPA del colegio de Asados boicoteó el comienzo escolar y logró que solo cinco alumnos, de los 123 matriculados, acudieran al centro

11 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El cisma que sobrevolaba Rianxo se convirtió en realidad durante la mañana de ayer. Los niños no regresaron al colegio Ana María Diéguez, en la parroquia de Asados. Su lugar lo tomaron sus padres, armados con pancartas y una reivindicación: «Los chavales no volverán hasta que la Consellería de Educación nos abra sus puertas». De los 123 escolares matriculados, solo cinco acudieron a las dependencias del centro. Los 118 restantes se quedaron en casa y, según expresaron sus padres, la situación no cambiará hasta que la consellería contrate a tiempo completo a un profesor de audición y lenguaje.

Las protestas ya comenzaron el pasado curso. La AMPA peleó para que se abriese una tercera unidad de infantil y además pidió a los responsables educativos la incorporación de un profesor de audición y lenguaje a tiempo completo. Según sus datos, ambas reivindicaciones eran necesarias y no se trataba de un capricho. Los miembros de la entidad defendieron que las aulas estaban masificadas y el docente auxiliar no podía dar servicio a todos los niños que lo precisaban. Compartido con el colegio de Taragoña, el maestro acudía media semana al centro.

Este curso contarán con una nueva profesora, que viene a solucionar el problema de masificación. Sin embargo, los padres censuran que no les hayan comunicado nada sobre el especialista de audición y lenguaje. Esta mañana volverán a reunirse en las puertas del centro. Estará el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que ha querido romper una lanza por las reivindicaciones de los rianxeiros. Desde la consellería, a última hora de ayer, aseguraron que ya hay fijada una entrevista con la AMPA para el próximo martes.

Normalidad general

Solo Asados vivió un comienzo escolar con aulas vacías. «Non é o desexo de ninguén, pero non lles queda outro remedio», expresó el director del centro rianxeiro, Santiago Triñanes.

En Ribeira los escolares llegaron adormilados a clase, aunque el sueño no les duró más que unos minutos. El reencuentro con sus compañeros y profesoras funcionó como un resorte. Los pequeños estudiantes del colegio Galaxia Nicolás, Edurne y Cristina aseguraron que se morían de ganas de volver «porque veremos a nuestros amigos por primera vez desde el verano, este primer día está siendo perfecto», aseguraron al unísono. No pasó lo mismo con los más pequeños, que al desprenderse de los brazos de madres, padres y abuelas y abuelos comenzaron con los sonoros llantos.

En el Praia Xardín, en Boiro, los escolares vivieron una jornada completa. Los alumnos que se quedan en el comedor volvieron a la doctrina impuesta por los encargados de la cocina. Alguno se relamió cuando vio llegar los platos, mientras que otros recordaron las tardes sentados en las playas boirenses saboreando un cucurucho de helado.

Muros, Outes y A Pobra vivieron la jornada con normalidad. Al igual que en el resto de centros, los mensajes de bienvenida se impusieron a los lloros, que solo llegaron de las gargantas de los más pequeños. Después de más de dos meses de vacaciones, volver a ver a los amigos más que un problema se convirtió en un regalo. También los maestros celebraron el día. Es complicado no cogerles cariño.