Guerra al feísmo en los chiringuitos

PORTO DO SON

MATALOBOS

Crece el número de ayuntamientos que se preocupan por que los quioscos de playa no ofrezcan una mala imagen

26 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A falta de una semana para que los primeros chiringuitos de playa abran sus puertas en la comarca barbanzana para refrescar a los bañistas en los días de sol, son varios los cambios que se avecinan para esta temporada, en la que ya se han confirmado 38 permisos (aunque podría ser alguno más pues quedan peticiones por resolver). Uno de los más llamativos es el que tiene que ver con la guerra contra el feísmo, que también ha llegado a los templos hosteleros de los arenales, con Porto do Son encabezando la batalla estética.

Porto do Son

Homogeneización. El gobierno local de Porto do Son se ha propuesto acabar con el chiringuito de playa de plástico que patrocina una casa de helados y cuyo logo se va decolorando con el sol cada vez más. A partir de este año, todos los quioscos deberán ser de madera y no se permitirá que publiciten marcas comerciales ni rótulos llamativos. Incluso se estipula que deberán disponer de papeleras en tonos claros o de color marrón en sus inmediaciones. El regidor sonense, Luis Oujo, explica que en el 2016 se aprobaron las concesiones para explotar las instalaciones durante cuatro años, dándoles uno de margen para que se adaptaran a estas nuevas condiciones. Este año serán cinco los quioscos: dos en Coira y uno en Aguieira (hubo una renuncia), Ornanda y As Furnas. En el aire está que haya un sexto en Queiruga, pendiente de la autorización por parte de Costas y de la Xunta.

Ribeira

La madera suma puntos. En Ribeira se presentaron cinco solicitudes para ocupar los cuatro establecimientos disponibles, dos en Coroso, uno en O Touro y otro en A Ameixida. El gobierno ribeirense también trata de plantar cara al feísmo dando más puntos para obtener el permiso a las empresas que monten sus quioscos en madera. Además, se obliga a los adjudicatarios a que sus chiringuitos sean de «materiais nobres e de boa presenza, manténdoos en boas condicións» y prohíben que contengan publicidad.

Carnota

«Non dan moi boa imaxe». Aunque el gobierno carnotano ha renunciado a regular la concesión de chiringuitos, tarea que se delega directamente las autoridades competentes, el regidor reconoce que «non é mala idea facer algo contra o feísmo porque ás veces non dan moi boa imaxe». Ramón Noceda no descarta la posibilidad de actuar en este sentido, aunque ya no podrá ser este año, en el que el libre albedrío reinará en las dos instalaciones de Boca do Río (para las que hubo tres solicitudes), así como en las de las playas de Carnota, Caldebarcos, Maceiras y en el puerto de Quilmas.

A Pobra

«De cara ao ano que vén, igual o facemos». El mandatario pobrense, Xosé Lois Piñeiro, coincide con el anterior. El Ayuntamiento también ha dejado en manos de Costas y la Xunta este tipo de tramitaciones, pero indica que «de cara ao ano que vén igual o facemos, non se descarta a posibilidade, hai algún quiosco que podería mellorar esteticamente». En este municipio se presentaron seis solicitudes para otros tantos chiringuitos y una renuncia, de los que están confirmados uno en la playa de A Illa y cuatro en A Lombiña.

Boiro y Muros

«Non é un tema que nos preocupe». Frente a los anteriores, la apariencia estética de los chiringuitos no es un tema del que se haya ocupado el ejecutivo boirense porque «nunca tivemos queixas ao respecto», indica el alcalde, Juan José Dieste. Boiro tendrá el récord de autorizaciones esta temporada, 11: cuatro en Barraña, tres en A Retorta, dos en Praia Xardín y otro par en Carragueiros. Como Dieste, su homóloga en Muros, María Xosé Alfonso, indica que en su caso tampoco hubo quejas y «os que están en zona sensible xa son de madeira». En San Francisco se han autorizado dos, uno en Abelleira y otro en la playa de Parameán (Esteiro); y hubo otras solicitudes remitidas directamente a Costas, entre ellas un quinto permiso en Tal.

Outes

Sin presión. Más fácil lo tienen en Outes, en donde los chiringuitos en Broña están en fincas particulares, por lo que el Ayuntamiento no entra en los requisitos estéticos. No obstante, uno ya es de madera y el otro de líneas modernas.

La tramitación del permiso cambia en cada concello

Cada concello es un reino de taifas con reglas propias, o sin ellas, en lo que se refiere a la tramitación del permiso para montar un chiringuito en las playas de la zona.

¿Qué municipios tienen un reglamento propio?

Entre los municipios que tienen un reglamento en el que se estipula las condiciones que deben cumplir los adjudicatarios del permiso o concesión se encuentran Ribeira y Porto do Son. La mayoría hacen de intermediarios y se limitan a remitir las solicitudes a las autoridades competentes (Costas y Conservación da Natureza), que en todos los casos deben dar su autorización.

¿Todos los ayuntamientos obtienen beneficios de la instalación de quioscos?

No. En los casos en los que han renunciado a la gestión municipal, como es por ejemplo el de A Pobra o Carnota, tampoco perciben ningún ingreso por la instalación de chiringuitos en sus playas.

¿Por qué casi siempre obtienen la autorización los mismos?

O bien porque son los únicos que optaban a ella o porque la propuesta que presentaron cumplía más requisitos para la prestación del servicio que las otras.

¿Cuándo empezarán a dar servicio los chiringuitos?

Una vez más, depende de cada sitio. Algunos se acogen al plazo marcado por Costas, que es del 1 de mayo al 31 de octubre, como sucede en Porto do Son o A Pobra, lo que no quita que los beneficiarios decidan abrir después sus puertas o cerrarlas antes de tiempo. En Ribeira la adjudicación es del 1 de junio al 30 de septiembre, en general, las fechas más habituales.