Las restricciones para contratar afectan a la actividad municipal

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

PORTO DO SON

Los gobiernos locales tienen que hacer «encaixe de bolillos» y alguna «trampa» para mantener la prestación de todos los servicios

08 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No es fácil dar una cifra, pero son, sin duda, decenas las plazas en las plantillas municipales que necesitarían cubrirse para garantizar el correcto funcionamiento de todos los servicios que prestan los concellos de la comarca. Las quejas por las restricciones impuestas desde el Gobierno de Madrid para la contratación de personal son prácticamente unánimes porque esas limitaciones afectan al normal desarrollo de la actividad en los ayuntamientos.

Un ejemplo muy claro de los problemas con los que se topan los gobiernos locales a causa del famoso decreto de Montoro es el de la piscina de Porto do Son. La instalación está lista y dispuesta para recibir a los usuarios, pero será el Concello sonense el que la gestione directamente. Lo que ocurre es que no puede contratar a personal para ello, así que serán los empleados del departamento de Deportes los que se ocupen de la instalación, lo cual limitará inevitablemente el horario de apertura del recinto.

Son entre seis y siete personas las necesarias para que la piscina funcione durante ocho horas al día y, de momento, el Ayuntamiento no podrá contar con ellos. El de Outes, en cambio, acaba de asumir la gestión de su piscina prorrogando los contratos de los ocho profesionales que trabajaban para la empresa que tenía la concesión. Su alcalde, Carlos López Crespo, asume que «posiblemente nos tirarán das orellas, pero nós fixémolo con todas as da lei e non nos quedaba outra despois de que ningunha empresa quixera coller o servizo».

Con todo, Crespo explica que, cuando es necesario, tiran de contrataciones temporales para cubrir servicios como el de limpieza. Sin embargo, no todos los regidores comulgan con esto, y el rianxeiro Adolfo Muíños se queja por verse obligado a acudir a empresas para atender necesidades puntuales en determinadas áreas en lugar de recurrir a listas de contratación públicas. En otros casos, como en Boiro, se optó por crear un puesto de confianza para aumentar la plantilla.

Por su parte, el mandatario de Carnota, Ramón Noceda, señaló que, en el día a día, más que poner parches, hacen patchwork para cubrir las bajas que han ido surgiendo en la plantilla: «Farían falta dúas ou tres persoas máis para cubrir os servizos xerais». Y a ellos habría que sumar a cerca de una veintena de personas encargadas de la escuela de música o la ayuda a domicilio, cuyos contratos se están prorrogando año tras año, «e iso é tan irregular como contratar a alguén. Se un servizo se vai prolongar no tempo, o normal sería contratar a persoal laboral fixo, pero como non podemos facelo, ou prorrogamos ou non hai servizo».

Los alcaldes de la zona advierten de problemas serios si la situación se alarga

Al margen de que necesidades puntuales en determinados servicios puedan cubrirse con contrataciones temporales, hay determinados puestos en los que esto no es posible, y los alcaldes advierten de que la situación de las plantillas municipales se agravará si persisten las restricciones.

Donde ya se da una situación muy complicada en estos momentos es en Noia. El portavoz del gobierno local, José Manuel Lage, aseguraba que, en su caso, «temos un problema moi serio». Y hablaba de plazas sin cubrir en las brigadas de obras y medio ambiente, en Servizos Sociais y en los departamentos del área económica. Mención aparte merece la Policía Local, donde se necesitarían siete agentes. En Porto do Son, la necesidad de policías es acuciante, ya que solo hay dos y se precisan, al menos, otros tantos. Cuatro o cinco plazas quedaron vacantes en el Concello de Rianxo, y serán más si las cosas no cambian: «Se non se abre a billa das contratacións, vanse poñer en risco servizos básicos».